LA PAZ, Bolivia (AP) Coca, patatas y aportes en dinero de funcionarios públicos serán la base para financiar la campaña a favor de la reelección del presidente Evo Morales en febrero, informaron políticos oficialistas el miércoles.
Los 45.000 cocaleros de los que Morales aún es presidente honorífico, donarán 20 toneladas de coca, dijo Leonardo Loza, vicepresidente del mayor sindicato de cultivadores de coca.
En el mercado local esa cantidad de coca tiene un precio de 140.000 dólares. Loza dijo que se asegurarán de que vaya a fines lícitos y no se desvíe a la cocaína.
Por su parte, Nélida Sifuentes, vicepresidenta del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, llamó a legisladores, autoridades electas y funcionarios militantes a realizar “aportes extraordinarios, porque gracias al MAS son autoridades”.
El oficialismo estimó gastar unos 600.000 dólares.
Algunos sindicatos agrarios oficialistas han propuesto donar papa, chuño (papa deshidratada) y arroz para ser vendidos, dijo el dirigente Franklin Flores.
En tanto la fragmentada y reducida oposición ha quedado sin fondos y en desventaja, reconoció la diputada de la centroderechista Unidad Demócrata, Jimena Costas.
Desde que Morales fue elegido por primera vez a fines de 2005 ha enfrentado ocho procesos electorales entre comicios nacionales, regionales y referendos.
Los opositores perfilan una campaña liderada por corrientes ciudadanas para evitar una confrontación directa con el MAS.
Sectores de ciudadanos cuestionan el gasto de casi seis millones de dólares en momentos de desaceleración económica que se estima costará el referendo para decidir si se cambia la constitución a favor de una nueva postulación del mandatario a fines de 2019.
Morales dijo la víspera en rueda de prensa que el referendo “es lo más democrático” y que “la derecha no le tenga miedo, (porque) yo también quiero saber si el pueblo me quiere o no me quiere”.
A tres meses de la consulta las encuestas anticipan una ligera ventaja del “no”, pero para los analistas las opciones de Morales aumentan ante una oposición que tras derrumbarse hace una década, todavía carece de un proyecto alternativo.