Las gestiones que cumplieron por dos días los cancilleres sudamericanos y el nuncio apostólico para tratar de desbloquear los diálogos en Venezuela no lograron mayores resultados, reconoció el opositor. “No hay hechos nuevos que nos permitan cambiar de posición como desearíamos”, afirmó el martes Ramón Guillermo Aveledo, secretario ejecutivo del bloque.
“Insistimos en esperar que el gobierno se pronuncie, que el gobierno dé muestras, que el gobierno en los hechos muestre su disposición para que esa ventana no se cierre, para que ese camino no se rompa, no se destruya, no se bloquee”, indicó el secretario ejecutivo de Mesa de la Unidad Democrática en conferencia de prensa al asegurar que la coalición opositora sigue “abierta a la posibilidad de diálogo”.
Los cancilleres María Ángela Holguín, de Colombia; Luiz Alberto Figueiredo, de Brasil; Ricardo Patiño, de Ecuador, y el nuncio apostólico en Venezuela, monseñor Aldo Giordano, finalizaron la noche del lunes dos días de gestiones para intentar reactivar el proceso de conversaciones suspendido desde hace dos semanas.
Al ser consultado por la AP sobre la afirmación que realizó la víspera Patiño en cuanto a que los facilitadores internacionales “abrimos en Venezuela puentes de comunicación otra vez”, el secretario ejecutivo de la alianza opositora solo dijo que “ellos (los cancilleres y el nuncio) fueron ayer un puente de comunicación”, pero se abstuvo de responder si existen actualmente vías de comunicación entre el gobierno y la oposición.
Los cancilleres sudamericanos y el nuncio apostólico manifestaron, en un comunicado difundido el martes por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, su voluntad de ayudar a continuar un diálogo que permita “un avance en la búsqueda de soluciones” a los problemas de Venezuela y urgieron a las partes a “reflexionar” y definir un nuevo encuentro a la brevedad.
La coalición opositora, que agrupa a cerca de una docena de partidos y organizaciones, decidió a comienzos de la semana pasada suspender los diálogos en rechazo a la represión de las marchas de los universitarios.
La oposición ha supeditado el reinicio de los diálogos a una serie de condiciones que incluyen la aprobación de una ley de amnistía para liberar a los “presos políticos”, el “desarme” de los grupos paramilitares pro oficialistas , y la excarcelación de los estudiantes detenidos por manifestar en los últimos meses y del exjefe policial Iván Simonovis, que fue condenado en el 2009 a 30 años de prisión por complicidad en las muertes de manifestantes oficialistas que ocurrieron en medio del fallido golpe de abril de 2002.
Simonovis padece varias afecciones graves de salud que han llevado a la oposición a emprender una campaña para lograr que sea sacado de la cárcel militar donde está recluido.
El presidente Nicolás Maduro defendió la noche del lunes el proceso de diálogo y afirmó que hay una iniciativa para que las conversaciones no avancen. “Aquí no se está negociando nada”, y llamó a la oposición a que no le haga “heridas” al proceso.
El diálogo es una iniciativa de la Unión de Naciones Suramericanas para ayudar a poner fin a la crisis que enfrenta Venezuela que desde febrero se ha visto sacudida por protestas callejeras.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han salido a protestar contra la elevada inflación -que alcanzó el 59% anual en marzo-, el desabastecimiento de productos de primera necesidad y un alto índice de delincuencia. Los incidentes han dejado 42 muertos, 835 heridos y unos 2.500 detenidos, de los cuales 252 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales, según la Fiscalía General.