El presidente venezolano Nicolás Maduro endureció su posición con la captura del alcalde opositor de la región metropolitana de Caracas, Antonio Ledezma.
El arresto de Ledezma enturbió el panorama político de Venezuela, sumida en una profunda crisis económica por una desbordada inflación que cerró el año pasado en 68,5%, severos problemas de desabastecimiento y una recesión que podría agravarse este año por el descenso de los precios del petróleo, la principal fuente de ingresos del país.
El arresto del alcalde metropolitano, el segundo dirigente opositor apresado en un año, reduce las posibilidades de que se abran canales de consenso entre el gobierno y la oposición. Este es el mayor indicador de la tensión que experimentará el país este año por las elecciones parlamentarias.
El presidente de la encuestadora local Datanalisis, Luis Vicente León, afirmó que la detención de Ledezma abre la puerta a un “proceso de radicalización mayor” que buscaría generar temor entre los sectores adversos al gobierno y “desviar un poco la atención” para darle al Ejecutivo margen de maniobra en el corto plazo para tomar “medidas de carácter económico que pueden ser muy antipopulares”.