Alrededor de 293 migrantes salieron el miércoles desde Ixtepec rumbo al DF y continúan avanzando este jueves a pesar de haber tenido que superar un retén impuesto por el Instituto Nacional de Migración.
Por años, los migrantes han cargado cruces de madera en marchas de protesta en México en fechas cercanas a la Semana Santa para ilustrar su sufrimiento a manos de criminales y policías corruptos.
La caravana de autobuses que transporta a los migrantes tenía planeado partir el jueves de la ciudad de Ixtepec, en el sur del estado de Oaxaca. Pero el sacerdote Alejandro Solalinde, quien dirige un refugio para migrantes, dijo que las autoridades amenazaron con arrestar a los dueños de los autobuses rentados para la protesta bajo cargos de contrabando de personas.
El grupo Amnistía Internacional pidió a las autoridades mexicanas garantizar la seguridad de los migrantes en el viaje. Y aunque la agencia de inmigración de México dijo el lunes que respetaba los derechos de los migrantes, y que su retén más cercano estaba a 5,5 kilómetros (3 millas) del refugio, el miércoles por la tarde una cadena humana conformada por activistas y maestros tuvo que intervenir para permitir el paso a los participantes del Viacrucis.
Estos retenes buscan impedir el paso de migrantes sin papelería en orden, quienes podrían ser detenidos y entregados a una estación migratoria para definir su situación. A pesar de esto se espera que el Viacrucis arribe este jueves al DF.