El despido de las más reconocidas periodistas mexicanas de la actualidad, Carmen Aristegui, ha causado revuelo en el país porque varios lo ven como un golpe a la libertad de expresión.
La salida de Aristegui de MVS Radio ocurrió unos días después de una disputa entre la periodista y la empresa, que despidió a dos de sus reporteros por supuestamente utilizar sin permiso el nombre de la compañía para promover una plataforma de filtración de documentos, MéxicoLeaks.
Pero hubo una amplia indignación por la manera en que fue despedida en un México que ha tenido una historia de sumisión de algunos medios hacia el gobierno en turno. El programa de Aristegui había sido un ejemplo de cómo la prensa se estaba volviendo más combativa e independiente.
Además de escribir miles de mensajes en Twitter demostrando su descontento con el hashtag #EnDefensaDeAristegui2, cientos de personas se manifestaron por la tarde noche afuera de las instalaciones de MVS Radio en apoyo a la periodista entre gritos de “¡Carmen, Carmen!” y “¡Fuera Peña!”, en una referencia a la percepción de algunos de que el presidente y su gobierno tuvieron algo que ver en la salida de la periodista.
En medio de los señalamientos de un posible involucramiento del Ejecutivo federal, la Secretaría de Gobernación calificó la salida de Aristegui como un “conflicto entre particulares”, y aseguró que el gobierno “ha respetado el ejercicio crítico y profesional del periodismo” y mantendrá esa posición.
Sin embargo, seguidores y simpatizantes de Aristegui han destacado que el despido se da pocos meses después de que junto con su equipo de investigación revelara la adquisición de la mansión de la primera dama de México a un contratista público cercano al presidente Peña Nieto desde su anterior cargo como gobernador del Estado de México, vecino a la capital.
Aristegui encabezaba el noticiario estelar matutino, considerado el más escuchado y comentado del país. Su espacio fue ocupado el lunes por el periodista Carlos Reyes.