La decisión de los organizadores del evento, la máxima celebración de la herencia irlandesa en el mundo, causó que por primera vez en décadas un alcalde de Nueva York decidiera no participar en el desfile, que atrae a unas 250 mil personas. El anuncio del alcalde Bill de Blasio, sin embargo, no logró cambiar la decisión de los organizadores del desfile, que con 253 años de celebrarse en la Quinta avenida de Manhattan es uno de los más antiguos en el mundo.
Por su parte, Martin Walsh, alcalde de Boston, otra de las ciudades estadunidenses con una importante herencia irlandesa, decidió igualmente no participar en las celebraciones del Día de San Patricio, el patrono católico asociado tradicionalmente con Irlanda. La polémica no sólo afectó la asistencia de políticos, sino también de importantes patrocinadores. Los fabricantes de la cerveza Heineken anunciaron el viernes pasado que retiraban su apoyo al desfile.
Mientras tanto, una de las cervezas asociadas más estrechamente con Irlanda, Guinness, informó este domingo que había decidido retirar su patrocinio al evento, debido a su fuerte historia en apoyar la diversidad y en ser un defensor de la igualdad para todos. Seguiremos trabajando con las líderes de la comunidad para garantizar que los desfiles futuros tengan una política incluyente, afirmó la empresa.
Apenas unos días antes, el tradicional bar neoyorquino The Stonewall Inn, uno de los sitios en que comenzó la batalla por los derechos de la comunidad LGBT en Estados Unidos, había comunicado su decisión de dejar de vender Guinness en protesta a su apoyo al Desfile.
Una vez que la cerveza tomó la decisión, los administradores de The Stonewall Inn informaron que seguirían vendiendo Guinness y que no derramarían los toneles con los que actualmente contaban, tal como habían anunciado. Tras la polémica, la única empresa con operaciones multinacionales en mantener su apoyo al desfile por el Día de San Patricio en Estados Unidos fue la automotriz Ford.