Desbordamiento del río Támesis en Londres, hoy 10 de febrero de 2014

Los residentes y soldados británicos apilaron sacos de arena a fin de proteger propiedades de las más recientes inundaciones que sufre Gran Bretaña. Sin embargo, la crecida superó el lunes sus defensas, inundando incluso el centro de la población de Datchet.

La oficina del medio ambiente emitió 14 advertencias de inundaciones graves —con posible peligro de vidas— a lo largo del Támesis al este de Windsor, a unos 32 kilómetros (20 millas) de Londres.

Su director general, Paul Leinster, dijo que un “tiempo extremo seguirá amenazando esta semana varias poblaciones”. Dijo que para el martes se esperaba un aumento de la crecida del Támesis.

No hubo alertas de inundaciones en los tramos del río a su paso por Londres, una zona protegida por la Barrera del Támesis, una serie de gigantescas compuertas de metal que pueden ser cerradas para proteger la ciudad de las inundaciones.

Inglaterra ha tenido su enero más lluvioso desde 1766. La costa meridional ha sido castigada repetidamente por tormentas y amplias zonas de Somerset Levels, en el sudoeste, llevan más de un mes bajo el agua.

El desastre ha causado una tormenta política. Muchos residentes han criticado al gobierno del primer ministro David Cameron por no haber dragado el río y adoptado otras medidas para prevenir inundaciones.

Tanto Cameron como el viceprimer ministro Nick Clegg visitaron el lunes las zonas inundadas, mientras el gobierno intenta solucionar la crisis de la crecida.

Cameron negó que el gobierno haya respondido con lentitud ante el problema.

“Hemos manejado la situación desde el primer momento que comenzó”, dijo el primer ministro. “Donde fue necesario dinero, aportamos ese dinero. Donde fue necesaria la presencia militar, me aseguré que los militares fueran emplazados”, aseguró.

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