En Caracas, vecinos de la Plaza Altamira circulaban por el lugar y algunos se reconocieron aliviados por la intervención de la fuerza pública que en la madrugada desalojó la plaza epicentro de violentos choques en días anteriores las “guarimbas”, como se denominó localmente a las barricadas.
“Lo que no entendí fue la violencia de hacer las barricadas, de cortar la circulación de los vecinos”, dijo a The Associated Press Jorge Chayeb, de 39 años y residente de una avenida colindante a la plaza.
Chayeb dijo que no coincidía con muchas políticas del presidente Nicolás Maduro y que otras le parecían correctas, pero criticó a la oposición por la forma de expresar el desacuerdo.
“Hay fallas (del gobierno) pero la oposición debe hacer un trabajo real, no esto”, agregó señalando un costado de la plaza donde la Guardia Nacional había colocado objetos que sacó de las barricadas: bombas molotov caseras, alambres de púas, trapos, cartelones, piedras, mangueras.
Desde febrero Venezuela se ha visto sacudida por las protestas y enfrentamientos entre manifestantes opositores al gobierno, civiles armados y fuerzas del orden que han dejado al menos 26 muertos, uno de ellos el domingo en la ciudad de Maracay.
En la Plaza Altamira, ya desalojada por la Guardia Nacional, camiones limpiaban una fuente, transeúntes iban apurados de un lado a otro y grupos de personas discutían a viva voz.
“Aquí (los opositores) estaban destruyendo al país”, comentó María Vives, de 65 años, quien trabaja por las inmediaciones. Para ella “la Guardia Nacional hace su trabajo sacando a los ‘guarimberos’. Este es un gobierno del pueblo”.
Pero unos metros más allá María José Colmenares, una docente de 50 años, gritaba “los estudiantes no tienen cómo expresarse y por eso se radicalizaron… Este es un gobierno de corruptos”.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han protagonizado protestas callejeras contra la galopante inflación que alcanzó en febrero una tasa anualizada de 57,3%, el desabastecimiento de bienes básicos y la creciente criminalidad.