Un terrible derrame de petróleo cercano a los 400 mil litros, ha causado que el gobernador Jerry Brown declare una emergencia ambiental en el estado.
Operarios retiraron, despegaron y aspiraron más de 22.000 litros (6.000 galones) de petróleo de un vertido que se extiende 14 kilómetros (9 millas) mar adentro en la costa de California en labores de limpieza que duran ya más de 24 días, dijeron funcionarios, pero esta cantidad es solo una parte de la pegajosa sustancia que salió de un oleoducto roto.
Investigadores hicieron un balance del alcance del derrame el miércoles, un días después de la rotura de la tubería, apuntando que podrían haberse derramado hasta casi 400.000 litros (105.000 galones), de los cuales hasta una quinta parte 80.000 litros (21.000 galones) llegó al mar, según sus estimaciones.
Reguladores federales estaban investigando el derrame mientras trabajadores en equipos de protección utilizaban palas y rastrillos para retirar el lodo negro de las playas, y barcos colocaban protecciones para intentar contener dos manchas frente a la costa de Santa Barbara.
El presidente ejecutivo de la empresa que gestiona el oleoducto, Plains All American Pipeline LP, visitó el lugar del derrame el miércoles y pidió disculpas por el incidente.
“Lamentamos profundamente, profundamente que se haya producido este incidente”, dijo el presidente y CEO de la compañía, Greg L. Armstrong, en conferencia de prensa. “Pedimos disculpas por el daño que esto ha hecho a la fauna y al medio ambiente”.
Armstrong dijo que la empresa tenía autorización para continuar con las operaciones de limpieza durante todo el día y prometió que los operarios “seguirán aquí hasta que todo haya vuelto a la normalidad”.
El crudo fluía por la canalización a una velocidad de 54.600 galones por hora en el momento de la fuga registrada el martes, apuntó la compañía. Funcionarios de la compañía no dijeron cuánto tiempo estuvo vertiendo antes de que se descubriese la incidencia, ni discutieron otros detalles.
Reguladores federales del Departamento de Transporte, que supervisa la seguridad del oleoducto, investigan la causa del vertido, el estado de la tubería y las posibles violaciones de la regulación.
El oleoducto se construyó en 1991 y no presentó problemas previos, dijo la empresa, que agregó que la instalación fue revisada a fondo en 2012. Hace dos semanas se realizaron pruebas similares aunque todavía se desconocen los resultados.
El periódico Los Angeles Times informó que la empresa acumuló 175 infracciones de seguridad y mantenimiento desde 2006, según registros federales. Las infracciones incluyeron fallos de bombas, mal funcionamiento de los equipos, corrosión de las tuberías y errores del operador. El diario dijo que un portavoz de Plains Pipeline no respondió de inmediato a una petición de comentarios sobre el asunto.
Se desconoce el coste de la limpieza o cuánto tiempo durará.