Por Manuel Bello Hernández
* Más que repatriarlo se necesita discutir al personaje desde todos los ángulos, opina Carlos Tello Díaz
México, 14 Sep (Notimex).- El escritor, articulista, catedrático e investigador mexicano Carlos Tello Díaz (1962) consideró que repatriar los restos de Porfirio Díaz, como se ha solicitado en Oaxaca, será un acto de provocación para una parte del país, toda vez que hoy y siempre, la figura de Díaz ha sido polémica.
En entrevista para Notimex, el tataranieto de quien fuera presidente de México por tres décadas, a finales del siglo XIX y principios del XX, pugnó por discutir al personaje y dejar de lado ese tema que, en su opinión, ya se convirtió en deporte nacional.
Y es que hace dos meses, en el marco del Centenario de su Aniversario Luctuoso, el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez se efectuó una ceremonia donde formalizó una solicitud para repatriar los restos del ex presidente que murió autoexiliado en Francia.
Es un propuesta recurrente, que es como deporte nacional y que se hace desde hace décadas, me parece que está bien donde está, que permanezca allá, y (mejor) que discutamos al personaje y al régimen.
Y está bien allá porque está en un tumba, en uno de los panteones más bonitos de una de las ciudades más bellas del mundo, es una tumba muy viva, constantemente visitada y porque los muertos deben ser dejados en paz, opinó Tello Díaz.
El autor de obras como El exilio: un relato de familia y La rebelión de las Cañadas invitó a descubrir al citado personaje en su más reciente publicación titulada Porfirio Díaz. Su Vida y su Tiempo. La Guerra 1830-1867, en la que rescata la figura militar y estadista de su tatarabuelo.
Se trata de la biografía más completa y que registra con detalle la vida de Porfirio Díaz, desde su nacimiento el 15 de septiembre de 1815, en Oaxaca, hasta su muerte en París, Francia, el 2 de julio de 1915, a partir de fuentes primarias, como cartas, diarios, memorias, periódicos, actas, decretos, fotografías, testimonios y manuscritos de época, producto de tres años de investigación.
El escritor recordó a Díaz como un personaje cercano al entonces presidente Benito Juárez, como el discípulo, el alumno, el colaborador, el hombre de confianza en el Istmo de Tehuantepec y como su general más cercano.
Tenían una relación muy interesante, entre los dos mexicanos más trascendentes durante la segunda parte del siglo XIX. Eran miembros del Partido Liberal, eran liberales radicales, y tanto el uno como el otro al ascender a la presidencia de la República, debieron moderar su radicalismo para poder ser interlocutores, no sólo con otras tendencias del Partido Liberal, sino con el Partido Conservador que había sido derrotado en la Guerra de Reforma, comentó.
Tello Díaz describió a Díaz también como el héroe del 2 de abril de 1867, que fue cuando ordenó el asalto a la Ciudad de Puebla, en lo que fue una de las batallas más decisivas de la guerra contra el imperio de Maximiliano, pero también como el protagonista de la Revolución de Ayutla de 1854 y la Batalla del 5 de Mayo de 1862 en Puebla.
Confesó que el error más grave de su tatarabuelo, fue no haber pasado la estafeta y dejado el poder, tras 30 años.
Su principal error fue no tener el talento de pasar la estafeta y dejar el poder, le costó caro, fue derrocado y murió en el exilio donde permanece hasta hoy. Se aferró a la silla, indicó, al tiempo que señaló que el estallido de la Revolución Mexicana y su decisión de no reprimir dicho movimiento, lo llevaron a autoexiliarse.
Fue una decisión que se tomó poco después de estallar la Revolución, agregó.
No obstante, Tello rechazó que Porfirio Díaz se haya convertido en el personaje más odiado de principios del siglo XX.
No es un personaje odiado, tanto que recientemente se inauguró una escultura de él en la ciudad de Orizaba, tuvo buena prensa cuando se cumplieron 100 años de su muerte, así que odiado no lo es, es polémico, porque fue un destacado general que combatió muy de cerca con Juárez en la Reforma e Intervención; y como presidente durante 20 años de su mandato, dirigió un país que por primera vez conoció la paz y el progreso, indicó.
Por otro lado, subrayó el autor, Díaz es recordado como el viejo dictador derrocado por la Revolución Mexicana y la Revolución fue el movimiento con el que inició el régimen que nos gobernó durante el siglo XX y ese régimen para justificar al movimiento armado, tuvo que convertir a Díaz en un dictador sanguinario y represivo de patrias.
Esa tensión entre esos dos Díaz, el héroe de la Guerra de Reforma y el héroe de la Guerra de Intervención, el hombre de confianza del Presidente Juárez, el presidente que le dio paz y progreso al país durante por lo menos dos décadas, constata con este personaje creado por la historiografía de los gobiernos de la Revolución, eso lo hizo polémico, consideró.
Tello Díaz añadió que en la biografía que presenta el lector descubrirá en primer lugar un país, que no se conoce tanto, muy distinto al que dejó Díaz cuando renunció al poder y se impuso el exilio y, por otra parte, revela a un personaje atractivo que le tocó vivir una de las épocas más dramáticas de la guerra de México, la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa.