“El territorio paraguayo es parte del denominado Bosque Atlántico Paranaense que lo integran, además, parte de Argentina y Brasil. A partir de la década del 50 comenzó la deforestación para el cultivo mecanizado de trigo, luego maíz hasta llegar a la siembra masiva de la soja. Entonces, los mosquitos se quedaron sin árboles y tuvieron que migrar a las urbes”, dijo Carlos Britos, de la estatal Secretaría del Ambiente, en entrevista con The Associated Press.
“Hoy nos conmueve que 241 personas hayan fallecido por la picadura de un tipo de mosquito pero somos los mismos humanos quienes destruimos el ecosistema, consistente en un orden natural de la supervivencia”, añadió. Según la oficina estatal Vigilancia de la Salud, del Ministerio de Salud Pública, en 2012 hubo 72 fallecimientos por la enfermedad.
El epidemiólogo agregó que Paraguay es el “tercer productor de soja en América del Sur y sexto en el mundo. Significa que para producir 9 millones de toneladas utilizó 3 millones de hectáreas. En esa superficie no existen matorrales ni anfibios porque los agroquímicos no lo permiten. Entonces se rompió la cadena. No hay murciélagos que se alimentan de mosquitos, escarabajos y polillas. Se rompió una parte del ecosistema. Y lo mismo ocurre en Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia o México”.
Alberto Yanosky, director de la organización ambientalista no gubernamental Guyrá Paraguay (Pájaro Paraguay, en guaraní), entregó a la AP el último informe de deforestación que indica que “en 2012 se deforestaron en Paraguay 268.000 hectáreas. Y hasta abril de 2013 la deforestación era de mil hectáreas por día” de acuerdo con el control satelital.
Wilfrido Sosa, director de la oficina Biodiversidad encargada de las investigaciones de la Secretaría del Ambiente, coincidió en que “la deforestación es un hecho consumado y es cierto que el ecosistema está dañado”.
Sosa explicó que el aedes agypti no es natural de Paraguay sino originario de Egipto y llegó a América en los barcos. “Hoy es un insecto peridomiciliario, es decir, vive en las urbes. Y lo único que nos queda es pedir a la población que día tras día, horas tras horas, elimine el agua estancada porque solo allí se reproduce por miles. Si tenemos 241 muertos es porque fallamos en la limpieza”.
La hembra del aedes aegypti es el vector del dengue, la del anopheles transmite la malaria y la hembra del aedes simple distribuye la fiebre amarilla. “Eran todas enfermedades subtropicales de adentro de los bosques pero como ya no hay zonas selváticas, los insectos se adaptaron a la vida urbana viviendo en los floreros, en los jardines, incluso en las cálidas habitaciones”, explicó Britos.
En Paraguay rige desde 2004 y hasta 2018 la ley de deforestación cero pero sólo para la región oriental, con las tierras más fértiles. La región occidental o Chaco Boreal aún no cuenta con ese tipo de protección legal.
Los síntomas del dengue son fuertes dolores de cabeza y de las articulaciones, fiebre alta, vómitos, diarreas y en la variable más grave, hemorragia interna. El único método de combate a los aedes agypti es eliminar el agua estancada donde se reproduce. Los mosquitos adultos son atacados con fumigaciones.