En sus primeras declaraciones públicas luego de que Nicolás Maduro anunció el miércoles la ruptura de lazos políticos y congelar los vínculos comerciales con Panamá, Ricardo Martinelli señaló a los periodistas que no va a responder los dardos que le lanzó su colega venezolano.
“No voy a contestarle al lenguaje soez y vulgar (con) que se ha expresado el presidente Maduro sobre Panamá”, expresó el gobernante panameño al recorrer los trabajos de ampliación en una autopista al norte de la capital.
Maduro cortó las relaciones con Panamá con el argumento de que el país centroamericano había actuado contra Venezuela al solicitar a la Organización de los Estados Americanos debatir la crisis que enfrenta esa nación tras un mes de protestas callejeras en las que han muerto 21 personas.
La medida de Caracas generó preocupación en Panamá particularmente entre los empresarios de la Zona Libre de Colón, al norte del país, quienes con la ayuda del gobierno negocian desde 2013 el pago de una deuda por parte de importadores venezolanos que va de 1.000 millones a 1.200 millones de dólares, según estimaciones oficiales.
El gobierno venezolano participa en esas negociaciones debido a que establece estrictos mecanismos para la compra de dólares por parte de los empresarios importadores y una de las instituciones del gobierno es la que se encarga de hacer los pagos a los exportadores panameños.
El mandatario venezolano aseguró el viernes en una actividad oficial en la localidad de San Francisco de Yare, 70 kilómetros al sur de Caracas, que recibió información de empresarios panameños de que Martinelli cobraba el 20% de las compras venezolanas para financiar su campaña proselitista. “Qué vagabundería es esta, Dios mío; utilizar el poder político para enriquecerse a costa del trabajo de los demás y de un país como de Venezuela, de paso”. Indicó que desde que recibió esa información, ordenó que se suspendieran los pagos a través del gobierno panameño y se hicieron de forma directa a los exportadores de ese país.
El mandatario venezolano agregó que como parte de la ruptura de relaciones con Panamá, ordenó la suspensión de todos los vínculos comerciales y económicos, así como de “todas las transacciones de divisas con Panamá inmediatamente, tarjetas, todo”.
Según Ricardo Martinelli, “Venezuela prácticamente, al parecer, está en bancarrota, aunque no debería estarlo porque es un país muy rico. Allí hay un verdadero desgreño administrativo y le deben a Panamá cifras superiores a los 1.000 millones de dólares y yo no quisiera pensar que esto (la ruptura de relaciones) es una excusa para no pagar y no quisiera pensar que el Estado venezolano es mala paga”, señaló Martinelli.
Agregó que Venezuela debe pagar sus compromisos y subrayó que seguirá “defendiendo siempre los intereses del pueblo panameño, de los comerciantes panameños, de las aerolíneas panameñas”. De acuerdo con Martinelli, Venezuela también adeuda cifras multimillonarias a la aerolínea panameña Copa Airlines.
Martinelli sostuvo, refiriéndose al mandatario venezolano, que “es una persona inmadura quien se expresa de esa manera de un país hermano, cuando lo único que desea Panamá es buscar la paz y la armonía, para que exista el diálogo entre nuestros hermanos venezolanos”. Maduro había acusado a Martinelli ser un “lacayo” de Estados Unidos. Esta es la crisis diplomática más seria que ha enfrentado el gobierno de Martinelli, un populista de derecha cuyo quinquenio culmina a mediados de este año.
El canciller venezolano Elías Jaua declaró el jueves en Caracas que las negociaciones iniciadas en agosto para buscar una salida a la deuda con la zona franca panameña quedaban suspendidas, “hasta tanto en Panamá no haya un gobierno serio que respete las relaciones que deben tenerse de respeto mutuo”.