Decenas de miles de personas salieron el sábado a las calles de la ciudad alemana de Dresde para protestar contra el racismo y en favor de una sociedad abierta a la pluralidad.
Las manifestaciones fueron una respuesta a las protestas anti islámicas semanales que desde hace meses se llevan a cabo en Dresde.
Los mítines semanales son organizados por un grupo que se hace llamar Europeos Patrióticos contra la Islamización de Occidente, o Pegida. En esas manifestaciones se han concentrado unas 18.000 personas pero las protestas en respuesta del sábado casi duplicaron esa cantidad al registrar unos 35.000 manifestantes.
Policías y autoridades de la ciudad no pudieron ser contactados de inmediato para hacer comentarios pero la agencia alemana de prensa DPA informó que la alcaldesa de Dresde, Helma Orosz, dijo a los manifestantes que su ciudad “no será dividida por la intolerancia”.
La canciller Angela Merkel ya había pedido a los alemanes no participar en las concentraciones convocadas por Pegida.