Damasco, 13 Ene (Notimex).- El gobernador de Damasco, Alaa Ibrahim, anunció hoy que alcanzó un acuerdo con los rebeldes para la rehabilitación de la estación de bombeo de agua en la cercana zona de Wadi Barada, por lo que pronto se reanudará el suministro del vital líquido.
La estación de bombeo al-Figeh resultó dañada a causa de los violentos combates entre las fuerzas del régimen sirio y los rebeldes, por lo que se encuentra paralizada desde hace unas cuatro semanas dejando a alrededor de 5.5 millones de personas en Damasco sin agua.
Ibrahim indicó en rueda de prensa que este mismo viernes los equipos de mantenimiento entraron en la estación para iniciar las reparaciones pertinentes que permitan reanudar el bombeo tan pronto como sea posible, para lo cual el trabajo será continuo las 24 horas del día.
La rehabilitación de esa vital infraestructura es posible bajo un acuerdo que se alcanzó en Wadi Barada con el opositor Ejército Árabe Sirio, sin ningún agente externo, señaló el gobernador y agregó que los detalles del pacto incluyen la salida pacífica de los rebeldes de la zona.
Precisó que su gobierno continúa los contactos con otros grupos rebeldes posicionados en el área para persuadirles a entregar sus armas a fin de que el lecho del río Barada quede plenamente libre de militantes y garantizar la seguridad de la estación y del suministro de agua a la capital del país.
El ministro de Recursos Hidráulicos de Siria, Nabil al-Hassan, confirmó también el ingreso de trabajadores a al-Figeh y explicó que forman tres equipos, uno de ellos se centrará en la evaluación de los daños tanto en el exterior de la estación como en el interior, donde revisará maquinaria y tuberías.
Los otros equipos se harán cargo de las reparaciones, que comenzarán inmediatamente después de la evaluación y se prolongarán hasta que esté lista para reanudar el suministro de agua, añadió al-Hassan y afirmó que en los arreglos también participarán empleados del Ministerio de Electricidad.
El acuerdo fue alcanzado tras semanas de combates en la región, a unos 15 kilómetros al noroeste de Damasco, que han amenazado una frágil tregua que entró en vigor el pasado 30 de diciembre, la cual fue negociada por Rusia -aliado del presidente sirio Bashar al-Assad- y Turquía -que respalda a los rebeldes-.
El alto al fuego pretende allanar el camino a las nuevas conversaciones de paz en la capital de Kazajastán, Astana, que están programadas para el próximo 23 de enero, en las cuales se buscaría una solución al conflicto en Siria, que comenzó a mediados de marzo de 2011.