Al hablar el viernes en la Catedral Nacional de Washington, el Dalái Lama budista agregó que los tibetanos están dispuestos a permanecer como parte de China, pero con mayor autonomía para preservar su cultura y ambiente.
El presidente Barack Obama y los líderes del Congreso dieron la bienvenida al laureado con el Premio Nobel de la Paz ante el disgusto de China, que lo considera un separatista antichino. Cuando se le preguntó por qué los gobernantes chinos estaban disgustados por sus actividades, el Dalái Lama respondió “Pregúntenles a ellos”.
El líder espiritual critica el sistema chino por considerarlo injusto y perjudicial para la creatividad individual. Agregó que muchos chinos “nos manifiestan solidaridad” y desean más libertad. Cientos de personas efectuaron una manifestación frente a la Catedral, muchos de ellos de una secta budista opuesta al Dalái Lama.