ASO, la empresa organizadora del rally, confirmó que la lluvia que se abatió en la zona desde el viernes, y que inundó incluso algunos campamentos emplazados para la competición, hacen imposible realizar la sexta etapa.
En vez de disputarla normalmente, los autos completarán el recorrido a la capital boliviana “en enlace”, es decir en caravana y a una velocidad moderada, indicó por su parte el ministro de Culturas de Bolivia, Marco Machicao, mediante su cuenta de Twitter.
La sexta etapa iba a comprender 786 kilómetros, incluidos 527 cronometrados. Horas antes se había tomado la decisión de reducir el recorrido a la mitad, pero al final se decidió la cancelación. El rally no se reanudaría sino hasta el lunes, pues el domingo estaba programado como jornada de descanso.
El viernes, Loeb conquistó con su Peugeot las montañas de Los Andes, mientras su compatriota Stéphane Peterhansel mantuvo la punta en la tabla general.
Los pilotos europeos dominan en todas las categorías hasta ahora.
El español Nani Roma, al mando de un Toyota, llegó en segundo lugar; Peterhansel, de Peugeot, arribó tercero en una etapa entre las ciudades bolivianas de Tupiza y Oruro que se redujo a 219 kilómetros debido a la lluvia y granizo.
La carrera atravesó el altiplano boliviano una puna de alta montaña de entre 3.000 y 4.000 metros sobre el nivel del mar en la región central de los Andes.
En motos, el británico Sam Sunderland se adjudicó la etapa con su KTM y detrás llegó el portugués Paulo Goncalves al mando de su Honda. Sunderland desplazó del primer lugar en la general al chileno Pablo Quintanilla.
En Bolivia, la competencia se puso más exigente para pilotos y máquinas por la altura, ascensos y descensos a través de una geografía montañosa con temperaturas de cinco grados y vientos gélidos.
Los competidores debieron sortear una baja presión atmosférica, menor oxígeno en el aire y un clima frígido. En la etapa anterior abandonaron la carrera 16 pilotos, entre ellos el favorito y multicampeón Carlos Sainz quien sufrió un vuelco espectacular del que salió ileso.
En el recorrido, los corredores ascendieron a Colchane a poco más de 4.000 metros, la cima más alta de la competencia. Esas dificultades geográficas y el clima influyeron para que muchos pilotos perdieran la ruta.
En cuadriciclos, el holandés Kees Koolen se adjudicó la etapa al mando de su Barren Racer, mientras que el boliviano Wálter Nosiglia, ganador de la jornada anterior, abandonó la carrera por falla mecánica. Encabeza la general de esa categoría el francés Simon Vitse con Yahama, tercero en la quinta etapa, mientras que el chileno Ignacio Casale siguió descendiendo en la general, al cuarto puesto.
En camiones, el ruso Ayrat De Rooy se adjudicó su segunda etapa y va liderando la general con su Iveco. Su compatriota Eduard Nikolaev recuperó terreno con su Kamaz y llegó segundo y mantiene el mismo puesto en la general. Mientras que el argentino Federico Villagra concluyó la ruta en quinto lugar.
El latinoamericano mejor ubicado en la etapa en todas las categorías fue el argentino Gustavo Gallego en cuadriciclos, quien llegó en segundo puesto con Yamaha, mientras que el boliviano Juan Carlos Salvatierra arribó noveno con su KTM.
Los motociclistas David Thomas (Sudáfrica), Luis Portela (Portugal) e Iván Jakes (Eslovaquia) sufrieron accidentes en la jornada y fueron evacuados a hospitales, informó en Dakar en su portal oficial en internet.
Como ocurrió en la víspera, el presidente Evo Morales gran animador de la competencia_, recibió a los pilotos en la meta en Oruro, una ciudad minera de 200.000 habitantes situada a 3.735 metros sobre el nivel del mar.