La iniciativa de los “cajeros automáticos” surgió hace un par de años en California, cuando la popular chef Candice Nelson, fundadora de Sprinkles Cupcakes, salió con unos amigos y en mitad de la noche fue incapaz de aplacar su antojo por un pastelito.
El primer local se estrenó hace nueve años en Beverly Hills, cerca de Rodeo Drive, y desde entonces han abierto quince pastelerías repartidas en ocho estados, desde California a Nueva York, pasando por Illinois, Georgia y Texas.
Los “cajeros automáticos ya tienen casi medio millón de amigos en Facebook y más de 127 mil seguidores en Twitter, y se encuentran instalados en Beverly Hills, Las Vegas, Dallas y Chicago, además del que acaban de estrenar en Manhattan.
Incluso hay personas que han llegado de distintas partes de Estados Unidos a Nueva York, solo para probar estos cupcakes. “He venido desde Connecticut para probar estos cupcakes. Me han dicho que son muy buenos y es básicamente el motivo por el que estoy hoy en Nueva York“, declaró Kelly Cattano, una joven de 14 años que no dudó en viajar una hora en tren para probar un red velvet (de chocolate y vainilla recubierto de un colorante rojo hecho con remolacha).