Washington, 3 Dic (Notimex).- La influencia legislativa de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), grupo de lobby (negociación) en defensa del derecho a poseer armas en Estados Unidos, ha crecido en los últimos años a medida que aumentan incidentes de violencia armada.
Los editoriales de los principales diarios estadunidenses coinciden este jueves en preguntarse cómo es posible que sigan este tipo de acciones cuando la voluntad de los mayoría de los políticos ha sido legislar a favor del control de armas.
La libertad de poseer armamento con el argumento de defenderse ha generado en los últimos 40 años y, especialmente, en los últimos diez, el aumento del comercio de armas y el Buro Federal de Investigación (FBI) ha detectado que el número de éstas se ha duplicado.
La NRA existe desde mediados del siglo XIX, pero siempre fue una organización de aficionados a la caza y a las armas, en su sentido más recreativo.
Su transformación en lobby de la industria del armamento se produjo hasta 1975, y su participación en política algo más tarde. Ronald Reagan fue, en 1980, el primer candidato presidencial oficialmente respaldado por la NRA.
Hoy es la organización que más dinero gasta en campañas políticas y que más influencia tiene en el Congreso, donde muchos de sus miembros le deben el escaño.
Su estrategia es sencilla: propagar el miedo para que la gente se anime a comprar armas. Con Barack Obama en la Casa Blanca, más miedo y más armas. El último año, récord histórico de ventas.
El periódico The New York Daily News publicó este jueves la portada más difundida en las redes sociales sobre el tiroteo en San Bernardino, California, en el que murieron al menos 14 personas.
“Dios no va a arreglar esto”, titula en grandes letras el diario, que publica algunos tuits de candidatos presidenciales y dirigentes republicanos en los que ofrecen sus rezos y oraciones tras el tiroteo.
El aspirante republicano Ted Cruz escribió un mensaje en el que afirmaba que sus oraciones están con las víctimas y sus familiares. En el mismo sentido, el también candidato Lindsey Graham afirmaba que sus pensamientos y oraciones estaban con San Bernardino.
En la portada, el periódico destaca que mientras “americanos inocentes” yacen “indefensos sobre su propia sangre”, los que “podrían tratar de detener la violencia de las armas” siguen “escondiéndose tras plegarias inútiles”.
De hecho, sin incluir el suceso de este jueves en San Bernardino, en los 337 días que van del año se han registrado en Estados Unidos 355 tiroteos, poco más de uno al día, según sitios que rastrean este tipo de incidentes.
El tiroteo en California es el último episodio de la violencia armada que estremece a Estados Unidos y contra la que Obama trató de luchar tras la matanza de 2012 en la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut, donde fueron asesinados a tiros 20 niños y seis mujeres.
Tras ese episodio, el mandatario firmó 23 decretos presidenciales y, en el Congreso, tuvo lugar un duro debate para incrementar el control de armas.
Sin embargo, los legisladores ni siquiera lograron aprobar la medida que generaba más consenso: un sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas llegaran a los criminales o a las personas con problemas de salud mental.
Un artículo del New York Times señala que hay una razón simple de por qué los tiroteos se han convertido en rutina en Estados Unidos: sus ciudadanos poseen más armas per cápita que los de cualquier otro país del mundo.
En 2007 datos de Small Arms Survey, grupo financiado por varios países, mostraron que había por lo menos 89 armas por cada 100 estadunidenses, la tasa más alta de cualquier país del mundo.
Un análisis a partir de datos del Servicio de Investigación del Congreso y la Agencia sobre el control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego sugiere que en 2013 había 357 millones de armas de fuego en circulación, más de un arma por cada hombre, mujer y niño.
Ted Alcorn, el director de investigación de Everytown de Seguridad de Armas, organización sin fines de lucro que aboga por el control de armas, dijo que los tiroteos con múltiples víctimas eran un pequeño subconjunto de la violencia con armas en este país.
“Hay 14 personas muertas en California, y eso es una tragedia horrible”, señalo, pero “probablemente otras 88 personas murieron hoy por la violencia armada en los Estados Unidos”, aseguró.