El gobierno de Raúl Castro respondió este jueves a una propuesta enviada hace casi un mes por la alta representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, para negociar un acuerdo de “diálogo político” que ponga fin al congelamiento de los vínculos.
El ministro isleño de Relaciones Exteriores, Bruno Parrilla, aseguró que La Habana acoge con satisfacción la propuesta de Ashton, de iniciar esas pláticas en respuesta a la solicitud de los 28 formulada el 10 de febrero pasado. En conferencia de prensa celebrada en la Cancillería, Rodríguez dijo que tal decisión fue comunicada al embajador de la UE en la Isla, Herman Portocarero, pero se abstuvo de precisar la fecha en que iniciaría ese contacto.
Prometió que Cuba actuará “de manera constructiva”, para retomar el diálogo político y la cooperación sobre bases recíprocas, sin condicionamientos, pleno respeto a la igualdad soberana de los Estados, al marco jurídico y al ordenamiento institucional de las partes.
Tras señalar que La Habana exigirá el apego al principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, calificó como correcta la decisión de la UE que demuestra que las políticas unilaterales no funcionan y no tienen cabida en la arena internacional.
Las relaciones entre Cuba y la UE han estado hasta ahora marcadas por la Posición Común de 1996, que condiciona cualquier acuerdo de cooperación con la isla al establecimiento de un régimen democrático y el respeto a los derechos humanos.
Ashton destacó con anterioridad que el inicio del diálogo político con Cuba no implica que el bloque renuncie a sus exigencias respecto a la situación de los derechos humanos en la isla caribeña, pero señaló que la UE quiere apoyar la modernización de la isla.
En otra parte, el canciller cubano reafirmó la “plena e invariable solidaridad” con el gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, frente a las manifestaciones de protesta de estudiantes y partidos políticos con saldo de 18 muertos.
Rechazó, asimismo, lo que llamó actuación irresponsable de las naciones miembro de la Organización del Atlántico Norte, en el caso de Ucrania, donde fue destituido el presidente Vicktor Yanukovic. Rodríguez rechazó las resoluciones aprobadas por el Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos y los supuestos intentos de “injerencia” de la Organización de Estados Americanos contra Venezuela.
Con respecto a Ucrania, argumentó que no puede aceptarse el derrocamiento de forma violenta de “un gobierno constitucional” al precio de decenas de muertos y heridos mediante una intervención de Estados Unidos y algunos aliados de la OTAN.