Datos difundidos el martes muestran que el crecimiento en la segunda economía del mundo se redujo a un ritmo de 6,9% en el tercer trimestre después de expandirse 7% en cada uno de los dos trimestres anteriores. Sin embargo, algunos economistas creen que la tasa podría ser hasta de 4%.
Los escépticos dicen que aunque China enfrenta los mismos retos que otros países en desarrollo para seguir el ritmo de las industrias que cambian rápido, su discrepancia de datos es más extrema.
“Creo que hay una cierta cantidad de presión en la oficina de estadísticas para dar a conocer cifras que estén razonablemente en línea con el objetivo del gobierno”, dijo Julian Evans-Pritchard, economista en China de Capital Economics.
La oficina de estadísticas asegura que las cifras son exactas.
La expansión económica y si China alcanzará el objetivo de crecimiento de este año de “alrededor de 7%” son temas especialmente delicados para el Partido Comunista, el cual depende de elevar los estándares de vida para poder mantener su monopolio de poder.
El crecimiento chino es tema de mucho interés entre las empresas extranjeras, que codician sus 1.400 millones de potenciales consumidores. Un panorama color de rosa pero irreal podría dañar su capacidad de planificar frente a los cambios económicos. Cualquier cambio que haga Beijing para revisar el crecimiento a la baja podría afectar la confianza en el extranjero al reducir la contribución de China a una recuperación mundial de por sí deslucida.
La mayor parte del enfriamiento de China que lleva ya cinco años ha sido autoimpuesto a medida que los líderes comunistas tratan de nutrir el crecimiento interno sostenido basado en el consumo doméstico y servicios en lugar de las exportaciones e importaciones.
Los líderes del partido gobernante han reafirmado su compromiso con un crecimiento estable “nuevo y normal”, más lento, pero necesario para apuntalar la confianza pública a medida que ocurren cambios tortuosos.
Las cifras de esta semana indican que los ajustes están ganando terreno. La producción fabril se desaceleró en septiembre, pero aumentaron las ventas minoristas. Aun así, algunos analistas se preguntan cómo al sector servicios como la banca y el turismo puede irle tan bien como muestran los datos oficiales.