WASHINGTON (AP) Entrenadores de basquetbol, comandantes militares y empresarios coinciden en que la Corte Suprema debe seguir manteniendo el tema de la raza de una persona como uno de los factores para facilitar el ingreso a las universidades, pero eso le será difícil esta semana, cuando se reúna para evaluar un caso que presagia mayores restricciones en las políticas para dar igualdad de oportunidades en la educación superior.
El caso se centra en una política conocida en inglés como “Affirmative Action” (Acción Afirmativa). Se trata de un programa gubernamental para garantizar la igualdad de oportunidades a todos sin distinción de raza, sexo, edad, religión u orientación sexual.
El máximo tribunal de Estados Unidos escuchará el miércoles, por segunda vez en tres años, el caso de una mujer blanca en Texas que rechazada por la Universidad de Texas.
Abigail Fisher no se graduó entre el 10% de mejores calificaciones de su clase en secundaria, lo que le hubiera otorgado una plaza en el campus de Austin. Tampoco fue aceptada en el programa que toma en cuenta el perfil racial entre otros factores, para obtener un cupo en la clase.
Los abogados de Fisher dicen que la universidad carece de argumento alguno para considerar su raza como factor ya que el programa de aceptar el 10% con mejores calificaciones, instaurado en 1997, funciona perfectamente bien para facilitar el ingreso de estudiantes negros o hispanos. Texas dice que ese programa no es suficiente y que necesita tener la libertad de escoger a su cuerpo estudiantil como mejor le parezca.
El argumento de Fisher no convenció a un tribunal en New Orleans, de tendencia conservadora, que ya dos veces ha reafirmado el proceso de selección de la universidad. El segundo fallo, ocurrido el año pasado, surgió tras una orden la Corte Suprema de reconsiderar el caso Fisher.
Entre los varios grupos que han exhortado al máximo tribunal a mantener el sistema están entrenadores de basquetbol, entre ellos Mike Krzyzewski de la Universidad de Duke y Geno Auriemma de la Universidad de Connecticut, quienes afirman tener experiencia personal sobre las ventajas de tener un diverso estudiantado. “No escribimos esto como ignorantes o improvisados. Lo vivimos todos los días”, escribieron los entrenadores.
El máximo tribunal ha sido mucho más escéptico sobre el rol que debe desempeñar el factor racial en los programas públicos desde que Samuel Alito se incorporó a la corte reemplazando a Sandra Day O’Connor. En 2003, O’Connor escribió la opinión del tribunal en el caso Grutter v. Bollinger que permitió a las universidades emplear el factor racial para facilitar el ingreso a las minorías étnicas.
La mayoría conservadora, de la cual Alito es parte, por lo general coincide en temas de raza. Habló con una sola voz en casos en que privó al Departamento de Justicia de su potestad para aprobar de manera preliminar ciertas reformas electorales en algunos estados que sufrían de un historial de discriminación racial y desechó planes para integrar a escuelas públicas en Louisville, Kentucky y Seattle.
La única excepción fue en junio, cuando el juez Anthony Kennedy se sumó a los cuatro jueces de tendencia liberal para mantener una herramienta legal usada para evitar la discriminación en la venta de viviendas.
“Cada vez que mencionan uno de estos casos me preocupo”, dijo Sherrilyn Ifill, directora del Fondo Educativo y Legal de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Raza Negra (NAACP, National Association for the Advancement of Colored Peoples).
___
Mark Sherman está en: http://www.twitter.com/shermancourt