Incluso si el partido tuviera objetivos inconstitucionales, señaló el juez del Constitucional Andreas Vosskuhle, “en este momento no hay indicios concretos… de que sus acciones vayan a llevar al éxito”.
La cámara alta del Parlamento alemán pidió el veto a finales de 2013. Era el segundo intento de ilegalizar al Partido Nacional Democrático, más conocido por su acrónimo en inglés NPD.
El tribunal rechazó en 2003 una solicitud anterior porque los informantes pagados por el gobierno dentro del grupo eran parcialmente responsables de las pruebas en contra del partido.