PYONGYANG, Corea del norte (AP) Corea del Norte está preparado para hacer frente a cualquier amenaza planteada por Estados Unidos, afirmó Kim Jong Un durante un gran desfile militar por el 70mo aniversario del partido gobernante en el país y rendir homenaje al tercer líder de la dinastía de mandatarios.
El desfile dio comienzo a la que se espera sea una de las mayores celebraciones en la historia del país, un acto que atrae las miradas y sirve al gobierno para mostrarle al mundo y a su población que la dinastía Kim sigue teniendo un firme control del país y su ejército es el de una potencia a tener en cuenta.
Kim, vestido de negro, caminó por una alfombra roja y saludó a su guardia de honor, según imágenes de la televisora estatal Korean Central TV. Después caminó hasta un pedestal y saludó a las tropas que participaban en el desfile en la plaza Kim Il Sung.
El delegado chino Liu Yunshan estaba de pie a su izquierda y aplaudía, mientras que varios altos cargos norcoreanos se situaron a la derecha del mandatario. Kim sonrió mientras hablaba con Liu a través de un traductor.
Después ofreció un discurso en el que aseguró que Pyongyang haría frente a Estados Unidos, recurriendo a la retórica agresiva habitual en el país.
“Nuestra fuerza revolucionaria está preparada para responder a cualquier clase de guerra que quieran los americanos imperialistas”, afirmó Kim, que vio sus palabras interrumpidas por aplausos en varias ocasiones.
“A través de la línea de políticas Songun (el ejército primero), nuestro Ejército Popular de Corea se ha convertido en la fuerza revolucionaria más fuerte y nuestro país se ha convertido en una fortaleza impenetrable y una potencia militar global”, dijo.
Tras su discurso, miles de soldados sostuvieron tarjetas de colores para formar un mosaico con las palabras “Política Songun” y “Defendiendo nuestra patria”.
En el consiguiente desfile militar, tanques, vehículos blindados, lanzacohetes y varios tipos de misiles montados sobre camiones pasaron por la calle mientras varios aviones militares volaban en formación sobre la plaza Ki Il Sung en el centro de Pyongyang, formando el símbolo del Partido de los Trabajadores de Corea: un martillo, un pincel y una hoz. Otro grupo de aviones les seguía formando el número 70 en el cielo.
El despliegue desveló un nuevo lanzacohetes de 300 milímetros y drones, indicó Jin Moo Kim, experto en el Instituto de Análisis de Defensa de Corea, un grupo de estudios sobre seguridad en Seúl. También un misil balístico KN-08 con un alcance estimado de 10.000 kilómetros (6.200 millas) que el país había mostrado antes en 2012. La presencia de Liu podría haber impedido que Pyongyang mostrase sus armas más provocadoras, indicó el analista.
Miles de civiles participaron en el desfile, sosteniendo tarjetas de colores para formar en un gran mosaico el nombre del líder norcoreano Kim Jong Un, que saludó a la multitud y estrechó la mano del enviado chino.
La lista de invitados parecer ser menos impresionante.
Aunque no había ningún mandatario extranjero presente China, aliada de Pyongyang, envió a un alto cargo del Partido Comunista, no a su jefe de estado ni al viceprimer ministro la capital norcoreana, habitualmente aislada, se ha visto inundada de turistas, medios internacionales y delegaciones que van desde personas de origen coreano que viven en el extranjero a pequeños grupos rusos y mongoles poco conocidos y que estudian el ideario político norcoreano.
Cuando el reloj marcó la medianoche del viernes, Kim comenzó el aniversario presentando sus respetos en las sepulturas de su padre y su abuelo en el Palacio Kumsusan del Sol en Pyongyang, según la agencia oficial de noticias KCNA.
Aunque las autoridades norcoreanas no ofrecieron detalles sobre los planes de los festejos, las imágenes por satélites emitidas de forma abierta han mostrado actividad militar a gran escala en la base aérea de Mirim en Pyongyang, donde se instaló una réplica de la plaza Kim Il Sung. Masas de habitantes de la ciudad llevan semanas saliendo a las plazas para ensayar sus papeles para un desfile con antorchas por la noche.
Para el espectáculo final se ha instalado un escenario en un río que atraviesa el centro de la ciudad para un concierto a última hora en el que actuará el grupo musical más famoso de Corea del norte, la banda femenina Moranbong. Las entradas para extranjeros que quisieran acudir al concierto se vendían por 100 euros (114 dólares) cada una.
El espectáculo promete ser el más elaborado desde que Kim asumió el poder a la muerte de su padre, Kim Jong Il, a finales de 2011, y las imágenes por satélite apuntan a que el desfile podría ser el mayor que ha ofrecido nunca el país.
Varios miembros del gobierno lideraron el viernes un encuentro masivo en Pyongyang en alabanza del partido y su mandatario.
Los analistas ven las grandes celebraciones de este año como un signo de que Kim intenta reforzar su posición, así como la del partido, en relación al ejército.
Aunque el liderazgo de Kim en ambas instituciones es sólido, el equilibro de poder entre diferentes ramas de gobierno es un asunto delicado en Corea del Norte, y mantener ese equilibrio es clave para mantener el régimen de Kim firme e incontestado.
Corea del Norte mantiene su “política de ejército primero”, que considera necesario para contrarrestar amenazas de Corea del Sur y Estados Unidos, pero las autoridades han hecho hincapié últimamente en el papel que debe jugar el partido para mejorar el nivel de vida de la población, cada vez más consciente de lo atrasados que están respecto a sus adinerados parientes del sur y en China, todo un gigante económico.
En los preparativos para el aniversario de este año se han lanzado grandes proyectos de construcción y desarrollo, presentados con gran fanfarria en los medios estatales.
Entre estos proyectos hay nuevas plantas hidroeléctricas y altos edificios de apartamentos, pero no está claro cuánto de los limitados recursos financieros norcoreanos se ha dedicado a mejorar la vida de la mayoría de sus ciudadanos, que no tiene la fortuna de vivir en la relativamente desarrollada y acomodada capital.
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El periodista de Associated Press Tong-hyung Kim en Seúl contribuyó a este despacho.