El fuego al este de Los Angeles, en las faldas del Parque Nacional San Bernardino, fue contenido al anochecer en 53% y no quedaban llamas activas, dijo el portavoz de los bomberos Brian Grant. El incendio comenzó el miércoles por la mañana y rápidamente devoró 660 hectáreas (1.627 acres) de césped y carrascal, pero no avanzó durante la noche, dijo Grant.
Más de 900 bomberos se dedicaron el jueves a eliminar los últimos rescoldos del fuego sobre la hierba. “Tuvimos algunas llamas durante el día”, dijo Grant. Aún queda mucho de calor en la zona, por encima de la hierba y debajo sobre el terreno en las raíces”, agregó. Aunque la humedad sería muy baja, continuaron amainando los vientos que avivaron el fuego hacia el norte de Rancho Cucamonga.
El Servicio Nacional de Meteorología pronosticó que el viernes disminuiría la velocidad de los vientos a ocho o 16 kilómetros por hora (cinco o 10 mph), con algunas rachas de hasta 32 kph (20 mph).
Esa fuerza estaba muy lejos de los 113 kph (70 mph) del miércoles que avivaron las llamas por las faldas de la cordillera y causaron nubes de humo asfixiante que obligaron la evacuación obligatoria de unas 1.600 viviendas y el cierre de varias escuelas. Unas 1.000 personas abandonaron el lugar antes de que se cancelara la evacuación.
Los vientos huracanados impidieron el uso de avionetas para apagar el fuego pero el jueves una aeronave sobrevoló el lugar del desastre. Otros seguían pendientes en las bases. Grant agregó que el clima podría continuar siendo un problema el viernes.