La petición fue rechazada por 299 votos en contra, 47 a favor y una abstención, tras siete horas de debate entre tres representantes del Parlamento catalán, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y los demás portavoces parlamentarios.
En el debate, el mandatario expuso que la autorización que pide Cataluña es competencia exclusiva e indelegable del Estado.
Ni la competencia que demandan es transferible, ni el propósito para el que la solicitan es conforme a la ley, ya que chocan con la Constitución, sostuvo Rajoy.
Lo que pretende ese referéndum, independientemente de los eufemismos con que se camufle, es proclamar una soberanía que no existe porque nuestra Constitución no la reconoce, aseveró.
Rajoy destacó la importancia de explicar las consecuencias que la ruptura con el resto de España tendría para los ciudadanos que viven en Cataluña, como la pérdida de riqueza o la salida de la Unión Europa y del euro, de la ONU y de los tratados internacionales.
Por su parte, el secretario general del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, pidió a todas las formaciones políticas dialogar sobre los problemas que tiene Cataluña con el resto de España y una reforma de la Constitución.
En su intervención, manifestó que en la Constitución no cabe preguntar a unos cuantos por aquello que afecta al conjunto de los ciudadanos españoles, razón por la que los socialistas acordaron votar en contra de la propuesta del Parlamento catalán.
No creemos en un proceso en el que a esos que se sienten más catalanes que españoles, o al revés, se les obligue a elegir entre ser españoles o catalanes, expuso.
La defensa de la propuesta del Parlamento catalán la hicieron Jordi Turull i Negre, de Convergencia i Unió (CiU); Marta Rovira i Vergés, de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC); y Joan Herrera Torres, de Izquierda Cataluña Verdes (ICV).