La Sala II de la Cámara Federal confirmó la decisión del juez Claudio Bonadío, quien consideró que había elementos suficientes para procesar a Amado Boudou, quien apeló, sin éxito, el fallo. Este es el segundo procesamiento de Boudou, ya que el pasado 27 de junio se había confirmado una acusación que es todavía más grave, ya que lo implica en un caso de corrupción.
Boudou está imputado de los delitos de cohecho e incompatibilidad de la función pública a raíz de una investigación televisiva que denunció que el vicepresidente compró, con la ayuda de prestanombres, parte de la imprenta Ciccone, que estaba en quiebra. Luego, aprovechando su cargo como ministro de Economía que ocupaba entonces, ayudó a rescatar financieramente a la empresa y logró que obtuviera contratos millonarios por parte del Estado.
La debilidad política del primer vicepresidente procesado en la historia argentina, queda demostrada de manera cotidiana, como cuando la oposición abandona el Senado en repudio a su presencia. Además, los legisladores de la oposición también se negaron a formar parte de la comitiva que acompañó a Amado Boudou a un encuentro parlamentario en México.
A sabiendas de que es el político con peor imagen del país, varios de sus compañeros de partido también le han recomendado que solicite una licencia mientras resuelve su situación judicial.