La no gubernamental Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional cubana informó este miércoles que dos disidentes fueron liberados y que por sus características podrían formar parte de un grupo de personas que hace parte de una lista, hasta ahora secreta, de una cincuentena de personas cuya excarcelación fue anunciada dentro del marco de la normalización entre Estados Unidos y Cuba.
Diango y Bianko Vargas Martín, dos hermanos mellizos detenido en 2012 bajo cargos de desacato y desorden público fueron puestos en libertad en la tarde del miércoles, informó a The Associated Press, Elizardo Sánchez, presidente de la comisión.
“Suponemos que forman parte de la lista”, explicó Sánchez, quien publica un recuento semestral con los casos de activistas políticos arrestados. “Son presos de conciencia, han sido liberados de manera inmediata y sin condicionamientos”.
Actualmente, la Comisión tiene un centenar de casos documentados, incluyendo algunos acusados de delitos de activismo no pacífico como atentados, asesinatos o terrorismo.
Junto al anuncio de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro de reiniciar relaciones diplomáticos entre Estados Unidos y Cuba el pasado 17 de diciembre, se informó que se produciría la excarcelación de las prisiones cubanas de presos considerados políticos por Estados Unidos. Pero tres semanas después nadie conoce los nombres y la identidad de esas personas con exactitud.
El propio presidente Castro no ofreció detalles y solo mencionó que “de manera unilateral” se produciría la “excarcelación de personas sobre las que el gobierno de los Estados Unidos había mostrado interés”.
Desde el anuncio del restablecimiento de las relaciones, el único liberado de las personas mencionadas en comunicados o discursos, clasificadas por funcionarios estadounidenses como presos políticos que tengan una sentencia judicial en firme, fue Marcelino Abreu.
Abreu, de la provincia de Santa Clara, fue arrestado en agosto de 2012 por desacato y condenado a cuatro años de prisión. En octubre pasado se le permitió salir de la cárcel pero el pasado 26 de diciembre lo volvieron a arrestar. Finalmente el martes de esta semana fue liberado otra vez.
Abreu, como muchos otros entrevistados por la AP, desconoce si su nombre está en el listado que, según las autoridades estadounidenses, tiene a 53 personas.
“Les pregunté: ‘ustedes me tienen en esa lista (de los 53)”, explicó Abreu en entrevista con AP realizada el miércoles pocas horas luego de ser liberado. “Esas son informaciones que nosotros no podemos darte a ti o a nadie, esas son cosas secretas, del Estado”, dijo que le contestaron los oficiales que lo custodiaban.
De un recuento realizado por AP de dos docenas de personas mencionadas por el Departamento de Estado durante la administración Obama desde el 2009 o que aparecen en discursos de altos funcionarios como el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y que podrían formar parte de la lista, la inmensa mayoría eran personas detenidas de manera temporal, un mecanismo que se hizo más frecuente en estos años, pero que las elimina de entre los candidatos cuya liberación sea posible.
En cambio otros, que si tienen condenas y por ende son presos políticos en el cabal sentido del término, como el rapero Ángel Yunier Remón Arzuaga, José Antonio Torres, Ihosvani Suris de la Torre y Máximo Pradera Valdez permanecen encarcelados. Los dos últimos fueron implicados en delitos de terrorismo al intentar entrar a Cuba con armas y explosivos procedentes de Estados Unidos.
En las últimas semanas, medios de prensa estadounidenses también mencionaron a Sonia Garro y su esposo Ramón Muñoz, como parte de la lista de los 53, aunque ellos fueron excarcelados el nueve de diciembre, una semana antes del anuncio del deshielo diplomático, en espera de que se realice el juicio en el cual se les pide entre diez y 14 años, respectivamente, por desórdenes públicos y tentativa de asesinato.
“Desconozco como salió a relucir mi nombre”, dijo Garro a la AP, que no conoce la lista y atribuyó su excarcelación a un mecanismo habitual de la justicia cubana por el cual se permite a los acusados esperar el juicio en sus casas.