El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que el colegio fue atacado por un comando no identificado, y manifestó su profunda preocupación e indignación por los repetidos atentados a escuelas en la zona noreste de Nigeria.
Recordó que desde junio de 2013 a la fecha se han registrado cuatro ataques, lo que ha ocasionado el cierre de varias escuelas en Nigeria, afectando a miles de estudiantes, muchos de los cuales no tienen acceso a la educación formal.
La zona noreste de Nigeria ha sido víctima de ataques constantes de extremistas islámicos, que en el pasado han hecho blancos de atentados a civiles, incluyendo estudiantes, feligreses y turistas extranjeros, así como a instituciones de gobierno.
El director regional de Unicef para África Central y Occidental, Manuel Fontaine, deploró los ataques de la manera más enérgica, y expresó que las agresiones a niños y escuelas son inaceptables bajo cualquier circunstancia.
Cuando una escuela es atacada y sus estudiantes se convierten en blancos, no sólo sus vidas son destruidas, sino que el futuro de una nación es robado, destacó Fontaine.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, extendió sus condolencias a las familias de las víctimas del atentado, y manifestó su profunda preocupación por la brutalidad y la frecuencia cada vez mayor de los ataques a instituciones educativas en el norte de Nigeria.
El titular de la ONU reiteró que ningún objetivo puede justificar esa clase de violencia, de acuerdo con su vocero, Martin Nesirky.