Por Cecilia González. Corresponsal
Buenos Aires, 14 Sep (Notimex).- La comunidad mexicana radicada en Argentina celebró el mes patrio con una fiesta musical y gastronómica en la que, además de los tradicionales puestos de antojitos, también hubo clases de cocina, piñatas y calaveritas.
Miles de personas colmaron el festival ¡Viva México!, que se realizó al aire libre en los bosques de Palermo de Buenos Aires y que permitió a los mexicanos disfrutar y compartir sus tradiciones con los argentinos que se sumaron a la celebración popular.
La cita de la octava edición de este encuentro incluyó la presentación de los mariachis Domínguez y Sol Azteca, de Gabriela Portantiero y su Trío Bohemio, la cantante Minerva Corro, el grupo Los Playeros, Gabriel Arriaga y su banda de cumbia Los Pícaros, y los rockeros Hombres Lobo.
Desde el escenario, los conductores convocaron a concursos de canto y baile en los que participaron niños y adultos que fueron aplaudidos por el público que se concentraba después de haberse echado unos tacos.
La oferta gastronómica fue variada, ya que restaurantes mexicanos de Buenos Aires como La fábrica del taco, Aristóbulo, María Félix y Lupita colocaron puestos en los que ofrecieron variadas especialidades.
Pozole, tacos al pastor, de cochinita pibil, bistec y discada norteña, quesadillas de papas con chorizo o queso e incluso tortillas hechas a mano fueron el imán para atraer a clientes que formaron largas filas para conseguir su antojito mexicano.
La competencia apeló a la creatividad, ya que en algunos puestos atendían hombres vestidos de charros y otros como luchadores, aunque en la mayoría destacaron las camisetas de la selección nacional de futbol.
Los comerciantes tenía que responder a cada rato las preguntas que les hacían los argentinos que desconocen, y temen, la comida mexicana, que está identificada en todo el mundo por la utilización del picante.
También había puestos como los de Itacate, La Chiripiorca, Katrina Design, La Milagrosa y el Fondo de Cultura Económica, que ofrecían tortillas de maíz y de harina empaquetadas, salsas caseras, pan de dulce, bolsas para el mercado, artesanías, camisetas y libros.
Los niños tuvieron sus propios espacios en los que pudieron jugar a una Lotería gigante, colorear dibujos del Chavo del 8, o aprender a hacer piñatas y calaveritas.
Las banderas mexicanas sobresalían por doquier para no dejar a duda la identidad de un festejo en el que también había múltiples imágenes de la Virgen de Guadalupe, sombreros de charro, cazuelas de barro y papel picado multicolor.
El festival fue organizado por la embajada de México, el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la asociación civil México en Argentina, que prepararon el programa para conmemorar el 205 Aniversario del inicio de la Independencia de México.