NUEVA YORK (AP) El papa ha llegado. ¿Qué hacemos? ¿Abrazos? ¿Fotos? ¿Reverencias? ¿Cómo de formales debemos ser con un hombre que llama por teléfono a gente corriente por sorpresa y acepta repartos de pizza en el papamóvil? ¿Debemos seguir el consejo de los líderes del Senado y la Cámara de Representantes, que pidieron a los parlamentarios que evitaran estrechar la mano o conversar con el papa cuando entró el jueves en la cámara para ofrecer un discurso ante el Congreso?
A continuación, algunos consejos de etiqueta de expertos que saben cómo trabajar sin ser vistos en estas visitas de alto nivel: los responsables de protocolo que pasan semanas o meses planificando cada detalle y que conocen los tabúes:
¡NO SE ABRAZA AL PAPA! ¿O SÍ?
Durante la última visita de un papa a Naciones Unidas en 2008, las instrucciones estaban claras: No abracen al papa Benedicto XVI. En una fila para saludar al personal de la ONU, incluso se colocó al pontífice sobre una plataforma de 15 centímetros (seis pulgadas) para mantenerlo fuera de alcance.
Pero el plan no tardó en fracasar. “La primera persona subió a la plataforma y lo abrazó”, comentó Alice Hecht, que era responsable de protocolo de la ONU en ese momento. En una visita papal anterior, señaló, una persona llegó a saltar a la plataforma en la Asamblea General de Naciones Unidas para un abrazo.
Uno intenta crear una zona de protección, comentó Hecht, “Pero, por supuesto, uno nunca sabe en realidad”.
Larry Dunham, ex asistente del jefe de protocolo en el Departamento de Estado, dijo que él personalmente evitaría abrazar al papa, “pero entiendo que la gente se vea abrumada en esa clase de situación”, dijo. “Yo seguiría lo que hace él”.
PERO, ¿QUÉ DIGO?
“Si estamos saludando al papa, probablemente yo me mantendría a la distancia de un brazo”, explicó Gary Biggs, ex empleado de protocolo en el Departamento de Defensa. “Yo esperaría a que alguien le presente, después me dirigiría a él como ‘Su Santidad’ o ‘Santo Padre’. Si yo fuera un católico practicante, probablemente si él extendiera la mano yo haría el gesto de besar el anillo. Algunos católicos podrían arrodillarse”.
En una fila de recepción, Biggs dijo que disuadiría a la gente de hacer fotos, pedir autógrafos, hacer regalos, y desde luego de entregar tarjetas de visita.
“Ésta no es una ocasión para que usted se presente”, dijo.
¿Y UNA FOTO?
“Las ‘selfies’ son espantosas. Los celulares son horrendos”, afirmó Leslie Lautenslager, ex jefe asistente de protocolo en el Departamento de Estado. Los celulares son el último dolor de cabeza del protocolo porque cualquier cosa puede grabarse y compartirse en segundos.
Como mínimo, pregunten antes de hacerse una foto con el papa, señalan los expertos en protocolo.
“Depende mucho del propio papa”, dijo Hecht. “Quizá no le importe”.
NOTA A LOS ORGANIZADORES DE ACTOS: NO DEJEN QUE LES OCURRA ESTO
¿Un error clásico de protocolo, papal o de otra clase? El sombrero parlante, dijo de inmediato Lautenslager.
Hace más de dos décadas, la reina Isabel II de Inglaterra estaba en una visita oficial a Estados Unidos e iba a decir unas palabras en el jardín sur de la Casa Blanca. Pero alguien olvidó colocar un escabel en la base del atril para que ella subiera. También olvidaron la diferencia de altura entre la reina y el desgarbado primer presidente Bush.
“La reina Isabel. No muy alta. Invitada de honor”, dijo Lautenslager. “En ese momento se lo tomó con amabilidad y no le dio mucha importancia”.
Uno puede tan sólo imaginar que el papa Francisco, relativamente desenfadado para ser un dignatario, haría lo mismo.
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Ahora que sabe cómo comportarse con el papa Francisco, ¿cuáles son las posibilidades de que lo encuentre?
No muchas.
Los encuentros accidentales en reuniones de alto nivel son muy poco habituales, indicó Lautenslager. Hay un séquito de seguridad, policía, el equipo que va por delante, el de protocolo y más personas.
“Sería muy difícil caer ahí por accidente”.