El Papa Francisco dedicó hoy un saludo especial a las mujeres, al recordar que este 8 de marzo se celebra su fiesta del Día de la Mujer, y aseguró que marginarlas convierte al mundo en estéril.
Las palabras del papa Francisco levantaron un largo aplauso de miles de fieles que se congregaron en la Plaza de San Pedro del Vaticano para participar en la bendición con el Angelus del pontífice, el mediodía de este domingo.
En el Día de la Mujer recordó a todas aquellas mujeres que cada día buscan construir una sociedad más humana y acogedora, además de enviar gracias fraterno también a las que, en mil modos, atestiguan el evangelio y trabajan en la Iglesia.
Un mundo donde las mujeres son marginadas es un mundo estéril porque las mujeres no sólo traen la vida sino que transmiten la capacidad de mirar más allá, miran más allá ellas, dijo.
Nos transmiten la capacidad de comprender el mundo con ojos distintos, de escuchar las cosas con corazón más creativo, más paciente, más tierno. Una oración y una bendición especial para todas las mujeres aquí presentes en la plaza y para todas las mujeres, añadió.
En su reflexión previa del Angelus en el Día de la Mujer, el líder católico repasó el episodio bíblico de la expulsión de los vendedores del templo por parte de Jesús.
Advirtió que los verdaderos adoradores de Dios no son los custodios del templo material, los detentores del poder o el saber religiosos, sino aquellos que adoran a Dios en espíritu y en verdad.
El papa Francisco pidió a los fieles prepararse a la Pascua católica haciendo ayudando a los demás, especialmente los más débiles y los más pobres.
Invitó a todos a preguntarse si permiten a Jesús hacer limpieza en sus corazones y expulsar a los ídolos de la codicia, los celos, la mundanidad, la envidia, el odio, la actitud del chisme y de hablar mal de los demás?.
Cada uno se responda a sí mismo, en silencio, ¿Yo permito que Jesús haga un poco de limpieza en mi corazón?, indicó.
No padre, yo tengo miedo que me apaleé. No, Jesús nunca apalea, Jesús hará limpieza con ternura, con misericordia, con amor. La misericordia es su modo de hacer limpieza. Cada uno de nosotros dejemos que el señor entre no con el látigo, con su misericordia a hacer limpieza en nuestros corazones, apuntó.