El periódico aseguró que los sabotajes contra las redes que transportan el combustible arreciaron este mes, a lo que se suma la decisión de una comunidad indígena de impedir la llegada de los técnicos para reparar los ductos. La situación llevó a que Ecopetrol (Empresa Colombiana de Petróleos), esté en riesgo de incumplir despachos de crudo, lo que se suma a la cancelación de 500 contratos laborales en (la compañía) Oxy, sostuvo la publicación.
Los ataques son atribuidos por las autoridades a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejército de Liberación Nacional (ELN), las dos mayores organizaciones rebeldes de la región.
De acuerdo con el diario colombiano, en 27 años los atentados contra la infraestructura petrolera, gran parte de ellos contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas, han derramado 4.3 millones de barriles de petróleo. Si se comparan con el accidente de 2010 en el Golfo de México, considerado el mayor derrame de crudo de la historia, con 4.9 millones de barriles, deja muy cerca al país de igualar este registro si la tendencia se mantiene, apuntó.
De acuerdo a cifras de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), 2013 fue el año con más acciones terroristas contra la infraestructura petrolera desde 2008, con 228 actos de este tipo, respecto a los 151 ataques de 2012. En declaraciones que cita el artículo, el presidente de la ACP, Alejandro Martínez, dijo que la afectación del oleoducto Caño Limón-Coveñas es preocupante, pues hay cinco o seis puntos que se necesita reparar.