El ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, reiteró que el gobierno ha cumplido con los compromisos adquiridos en 2013, cuando miles de cultivadores bloquearon vías estratégicas, para presionar salidas a la crisis del sector.
Este es un paro político que le quiere hacer daño a la democracia, que quiere afectar las elecciones y que le quiere hacer daño al presidente (Juan Manuel) Santos. Paro agrario no es, este es un paro político”, insistió el funcionario.
El oficialismo denunció el interés de sectores de derecha y de izquierda de promover la protesta del 28 de abril para golpear la aspiración del mandatario a una reelección en los comicios del 25 de mayo en Colombia.
Dentro del propio movimiento campesino, hay división frente a la realización del paro, pues algunos consideran que se mantiene el diálogo con el gobierno para hacer efectivos cada uno de los compromisos pactados hace ocho meses.
La popularidad de Santos se vio golpeada en agosto pasado, luego que miles de cultivadores bloquearon carreteras estratégicas del país, lo que llevó al desabasto de víveres, así como a desmanes en varias ciudades, incluida Bogotá.
El ministro explicó que este paro agrario es completamente diferente al del año anterior. En 2013 tuvimos el impacto de dos inviernos muy fuertes en 2011 y 2012 y una depresión de los precios nacionales e internacionales.
Aseguró que muchos campesinos no quieren el paro, entre otras razones, porque el gobierno ha destinado en los últimos meses importantes recursos para mitigar las deudas del sector y estimular la agricultura.