En un análisis, la revista Semana dejó entrever este lunes que Managua no se quedará quieta y que “seguramente pretenderá ejercer soberanía sobre las aguas (colombianas) que le adjudicó la Corte” en 2012 en el mar Caribe. Afirmó que la nueva demanda interpuesta por Nicaragua, en la que acusa a Bogotá de desconocer sus derechos en la zona definida por la CIJ, muestra que “la estrategia de Colombia de dejar el fallo en el limbo entraña serios riesgos”.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, calificó como “absurdo” el nuevo recurso que entabló la semana pasada Managua ante la Corte de La Haya y reiteró que la sentencia es inaplicable porque no se ajusta al ordenamiento interno. “La situación en la que el país se encuentra ahora es peligrosa. Sobre todo considerando lo caldeado que puede llegar a estar el ambiente en la región”, indicó la revista, al advertir que esto “puede desembocar en cualquier cosa”.
La CIJ admitió hace un año la soberanía de Colombia sobre el archipiélago de San Andrés y Providencia, pero cedió a Nicaragua una gran porción de mar colombiano, rica en petróleo y reserva marina, al resolver una primera demanda.
Aunque el gobierno colombiano no ha desconocido el fallo que emitió el tribunal en 2012 sobre límites marítimos entre los dos países, dejó en claro que se abstendrá de aplicarlo porque no se ajusta al ordenamiento jurídico interno.
El vocero de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado colombiano, Carlos Ramiro Chavarro, dijo que se deben estudiar alternativas de tipo jurídico lo antes posible para detener lo que llamó pretensión expansionista de Nicaragua. “La soberanía de nuestro mar debe ser defendida con toda firmeza por nuestras Fuerzas Militares y nuestro gobierno, por eso esperamos que las medidas que se están tomando frente a la arremetida de Managua se endurezcan”, subrayó.
Para el senador del partido de La U, Juan Lozano, el llamado a consultas de la embajadora colombiana en Nicaragua, Luz Estela Jara, era necesario, porque se debe “proceder con firmeza” frente a lo que calificó como “acto hostil” de Managua.