“2014 es el año de la paz por la razón o por la fuerza”, sostuvo el comandante de las fuerzas militares, general Juan Pablo Ramírez en entrevista con el diario local El Espectador. Aunque advirtió que los uniformados jamás bajarán la guardia, Ramírez consideró que “si las FARC se desmovilizan, entregan sus armas, se reinsertan a la vida civil y vuelven a ser ciudadanos de bien, el ejército los protegerá como a cualquier colombiano”.
El comandante del Ejército de Colombia, general Jaime Laspriella, pidió en tanto que la paz se alcance con “dignidad” y sin negociar a las fuerzas militares. “No se pueden ceder los espacios que se han ganado para proteger a la población, porque no sería una paz digna, sino con presión”, alegó.
Ramírez aprovechó para defender la confianza en el ejército, luego de que las últimas semanas se denunciaran supuestos hechos de corrupción dentro de sus filas y señalamientos por presuntas interceptaciones telefónicas ilegales. Los escándalos motivaron un remezón en la cúpula militar, que le cobró el puesto, entre otros, al entonces jefe las fuerzas militares, general Leonardo Barrero.
Ramírez descartó, por ejemplo, que desde una oficina fachada en Bogotá, el ejército estuviese espiando a los negociadores del gobierno en La Habana, encabezados por el ex vicepresidente Humberto De La Calle. “No lo hemos hecho y quiero creer que eso no ha pasado, partiendo del principio de la buena fe”, detalló.
Las conversaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, que comenzaron a finales de 2012 (primero en Noruega y luego en Cuba), buscan acabar con medio siglo de conflicto armado en la nación sudamericana.