El tamaño del cuerpo, la longitud de la cola y la textura y diseño distinguen a esta nueva especie, que los investigadores proponen bautizar con el nombre científico de “Phrynosoma sherbrookei”.
El descubrimiento, publicado en la actual edición (junio-2014) de la revista científica “Herpetológica”, fue hecho por Adrián Nieto Montes de Oca y Diego Arenas Moreno, de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Elizabeth Beltrán Sánchez, de la Universidad Autónoma de Guerrero.
En la investigación también participó Adam D. Leaché, del Departamento de Biología y Museo de Historia Natural Burke de la Universidad de Washington, en Seattle.
En la actualidad se tienen 16 especies de lagartijas cornudas reconocidas, que habitan desde Canadá hasta Guatemala.
Sólo cuatro especies han sido ubicadas al sur del cinturón transvolcánico de México.
Estas especies se distinguen por tener una espalda escamosa y los costados y los cuernos óseos sobre su frente. Para evitar a los depredadores dependen de su camuflaje y su capacidad de hinchar su cuerpo.
El equipo de científicos logró recaudar 14 ejemplares en la Sierra Madre del Sur, en Guerrero, que parecen ser parte de una especie no reconocida de Phrynosoma.
Los investigadores analizaron muestras de tejidos de estos especímenes para apoyar su propuesta de una nueva especie.
Para realizar el estudio los científicos tomaron nuevas muestras de ADN de todas las especies Phrynosoma reconocidas y las compararon con el ADN de los lagartos recién recogidos.
También generaron un mapa que muestra la evolución de los lagartos cornudos para mostrar cómo la especie descrita recientemente se ha desarrollado.
Sus esfuerzos produjeron un diagrama al estilo de árbol genealógico de la familia de los lagartos, que muestra las relaciones tanto cercanas y lejanas entre las distintas especies.
En la comparación de sus resultados con estudios anteriores y especímenes de lagarto cornudo de diversos museos y colecciones, los investigadores encontraron que, a diferencia de la mayoría de los lagartos cornudos, los ejemplares que representan a la nueva especie tienen escamas ásperas.
Poseen también un cuerpo más pequeño, la cola más corta y cuernos únicos que les distinguen de las pocas especies conocidas de lagartos cornudos.