La Comisión Interamericana deplora la falta de cumplimiento de Estados Unidos y del estado de Texas con las medidas cautelares otorgadas por la CIDH, señaló la institución de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Hernández Llanas se convirtió en el décimo mexicano al que se le aplica la pena de muerte en Estados Unidos desde que este país reactivó la aplicación de la pena máxima en 1976 y en el segundo ejecutado este año, luego de Edgar Tamayo Arias, el 22 de enero pasado.
El mexicano, de 44 años y originario de Nuevo Laredo, fue declarado muerto luego que se le inyectó la dosis letal de drogas en la cámara de la muerte de la Unidad Carcelaria Walls, en la comunidad de Huntsville, al noroeste de Houston.
En marzo, se presentó ante la CIDH a nombre de Hernández Llamas una petición alegando violaciones a la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, así como una solicitud de medidas cautelares.
El 31 de marzo, la CIDH otorgó las medidas cautelares y solicitó a Estados Unidos abstenerse de ejecutar la pena capital hasta que la Comisión tuviera la oportunidad de decidir sobre dichos reclamos.
El hecho de que Estados Unidos no haya preservado la vida de Hernández estando pendiente una petición ante la CIDH, contraviene sus obligaciones derivadas de la Carta de la Organización de Estados Americanos y de la Declaración Americana en vigor desde que Estados Unidos se incorporó a las OEA en 1951, señaló.
La Comisión Interamericana recordó que ha abordado durante décadas la cuestión de la pena de muerte como un desafío crucial en materia de derechos humanos.