Los abogados de la oficina de defensoría legal de la Casa Blanca no aprobaron la decisión de la CIA de remitir su querella al Departamento de Justicia ni brindar ninguna asesoría a la agencia, dijo el vocero presidencial Jay Carney.
“No hubo comentario, no hubo intervención, no hubo juicio”, dijo Carney, haciendo mención del protocolo de no interferir en las investigaciones en curso sobre el asunto de parte del FBI y del inspector general de la CIA.
La controversia pública estalló el miércoles, cuando la senadora Dianne Feinstein, presidenta de la mencionada comisión, acusó a la CIA de husmear en una red computacional que había instalado para que asistentes del panel llevaran a cabo una investigación, lo que supondría una violación de la Constitución y de una ley federal.
También reveló que uno de los principales abogados de la CIA había presentado una acusación ante el Departamento de Justicia que señalaba que personal de la comisión podría haber violado la ley al poseer ciertos documentos de la agencia.
Carney hizo sus declaraciones en la Casa Blanca, mientras que el republicano de mayor jerarquía en la Comisión de Inteligencia del Senado evitaba tomar bando en la disputa entre Feinstein, demócrata de California, y la agencia de espionaje estadounidense.
El senador Saxby Chanbliss, de Georgia, dijo en un breve discurso ante el pleno del Senado que desconocía todos los hechos, y que quizá sea necesario un investigador especial para saber qué sucedió. Dijo enfáticamente que personal del Partido Republicano no estuvo involucrado en las actividades al centro de la disputa.
Carney no indicó si el presidente Barack Obama estaba directamente al tanto de la decisión.
“El presidente ha estado al tanto en general sobre los protocolos y las discusiones y disputas ocasionales implicadas”, aclaró.
Obama evitó hacer comentarios sobre su participación en la disputa al final de una reunión el miércoles con legisladoras demócratas sobre temas económicos de la mujer. Agregó que “con respecto a los asuntos que van y vienen entre la comisión del Senado y la CIA, (el director de CIA) John Brennan los ha remitido a las autoridades correspondientes. Y ellas se están haciendo cargo. Y eso no es algo apropiado para que yo y la Casa Blanca sopesemos en este momento”.
La confirmación de Carney del conocimiento de la Casa Blanca sobre la decisión de la CIA profundiza una cronología de antemano complicada que llevó a la presidenta de la comisión a denunciar a la CIA y a sus directivos el martes por presuntamente tratar de intimidar e investigar a supervisores legislativos.
La comisión de Feinstein ha estado investigando el ahora desaparecido sistema de prisiones en el extranjero de la CIA denominado “black site” y sus técnicas de interrogación de los detenidos durante la guerra antiterrorista. El reporte sumamente atrasado de la comisión ha sido obstaculizado por su incapacidad de analizar plenamente un reporte confidencial de la CIA sobre los interrogatorios secretos en la época del entonces presidente George W. Bush, mientras que funcionarios de la CIA han cuestionado si los investigadores del Senado violaron un sistema computacional confidencial en sus intentos de obtener el material.
Como resultado de las declaraciones de Feinstein, se podría iniciar otra investigación para determinar si la CIA hizo o dejó de hacer algo para ayudar o dificultar la tarea de los investigadores del Senado.