Diez equipos de inspección detectaron empresas que reanudaron su producción a pesar de una prohibición estatal y no cumplieron con las medidas de reducción de emisiones, explicó el ministerio.
Un total de 24 ciudades están en “alerta roja” por contaminación, el nivel más alto de los cuatro aplicables en el país. Cuando las autoridades decretan este tipo de alertas, algunas empresas manufactureras están obligadas a reducir su actividad y los vehículos más contaminantes no pueden circular por las carreteras.
El ministerio impuso sanciones tras detectar que más de 500 lugares de construcción y empresas entre las que habría plantas metalúrgicas, de químicos agrícolas y acero y 10.000 vehículos incumplieron los planes contra la contaminación, dijo la agencia de noticias oficial Xinhua, que no ofreció más detalles sobre las sanciones.
Beijing está en “alerta naranja” el segundo nivel de aviso más grave desde el viernes. La alerta debía terminar el domingo, pero las autoridades la ampliaron tres días más ante la persistencia de la smog.
Residentes de la capital china dijeron que la niebla grisácea les hace sentirse deprimidos.
“Tengo un hijo, pero solo puedo tenerlo en casa y ni siquiera puede salir al sol, algo que realmente me preocupa”, señaló el vendedor Zhan Yan.
“La smog tiene un gran impacto negativo en las emociones de la gente”, apuntó Gao Yan, que trabaja en una consultoría. “Realmente esperamos vivir bajo un cielo azul y estar sanos”.
Desde años, China tiene una de las peores contaminaciones atmosféricas del mundo, achacada a su dependencia del carbón para obtener energía y a las fábricas, además de a un exceso de coches viejos y poco eficientes en sus carreteras. Los controles inadecuados a la industria y la laxa aplicación de los estándares han empeorado el problema de la polución.