El invierno llega a China, y con él se dispara el consumo de carbón para calentar los hogares. Las emisiones de chimeneas y calderas vienen a sumarse a un aire ya cargado de contaminación. El resultado es una atmósfera prácticamente irrespirable en algunas zonas.
Es el caso de la ciudad de Shenyang, al noreste del país. Sus estaciones de medición de contaminación atmosférica han registrado este fin de semana niveles de PM 2,5 superiores a los 1.400 microgramos por metro cúbico de aire. Es una cifra 56 veces por encima del límite recomendado por la Organización Mundial de la salud. La atmósfera está tan cargada que la visibilidad se reduce a cien metros.