Desde que conquistó el 4 de julio su primer título internacional, al derrotar por penales a Argentina en la final de la Copa América, la Roja perdió a su mejor jugador del torneo, el volante Charles Aránguiz, que se recupera de una rotura de tendón de Aquiles. Además, el capitán y portero Claudio Bravo sufrió una lesión muscular con el Barcelona, una que lo mantiene en duda para los primeros dos choques clasificatorios contra Brasil y Perú en octubre.
Por si fuera poco, y cuando aún está fresco el escándalo protagonizado por Vidal en plena Copa América al ser arrestado por chocar la Ferrari que manejaba ebrio, el volante del Bayern Múnich fue desafectado de la concentración chilena para un amistoso en septiembre, cuando habría llegado fuera de horario y en malas condiciones, según informó el diario El Mercurio.
“Sabemos que Arturo ha sido muy importante siempre. Se verá en el momento si está óptimo para estar en una nueva convocatoria,” dijo Sampaoli, quien se mantuvo fiel a la versión oficial que hablaba de “motivos personales” para justificar la medida, y que según el periódico chileno le daría una última oportunidad al polémico astro.
A pesar de estos contratiempos, Chile no debería tener problemas en asegurarse una de las cuatro plazas directas de la Conmebol para el Mundial 2018. En las últimas eliminatorias, la Roja se encontraba con un pie fuera de Brasil 2014, hasta que Sampaoli asumió el cargo y ganó cinco de los últimos seis partidos para clasificar tercero. El plantel ahora encara el nuevo proceso clasificatorio con la confianza por las nubes y con varias figuras, como Alexis Sánchez (Arsenal) o Gary Medel (Inter de Milán) en un nivel superlativo.
“Es difícil renovarse en el éxito”, dijo el zaguero Gonzalo Jara (Mainz). “Se nos va a hacer más difíciles los partidos también: nos van a jugar de contra”.
Sampaoli necesita recambio en los puestos de zaguero, centrodelantero y enganche, ya que Jorge Valdivia está por cumplir 32 años y se mudó al fútbol de Emiratos Árabes. Su búsqueda ha traspasado fronteras para centrarse en jugadores sin fuertes vínculos con el país, en desmedro de futbolistas del medio local, que mira con recelo estos esfuerzos.
El último caso fue el de Francisco Rodríguez, un joven volante de madre chilena y que milita en el Wolfsburgo del fútbol alemán. Rodríguez rechazó la citación del técnico y se inclinaría por jugar con la selección de Suiza. Previamente, Sampaoli quiso traer al delantero argentino Mauro Zárate.
Las señales que dio Sampaoli de querer buscar otros horizontes tras la conquista de la Copa América también crisparon los ánimos en Chile.
Distintos informes de prensa aseguran que se llegó a reunir con dirigentes mexicanos que lo querían para su selección pero que al final desistieron ante su cláusula de salida, que ronda los 12 millones de dólares. El presidente de la asociación de fútbol chilena, Sergio Jadue, tuvo que desmentir más de una vez la salida del técnico argentino.
“El día que sienta que no tengo energías para seguir en la selección lo comunicaré,” ha dicho Sampaoli. No obstante, el cuerpo técnico campeón de América se desintegraría a fin de año, cuando la mano derecha del entrenador argentino, su ayudante Sebastián Beccacece, comenzará su propia carrera como técnico, según El Mercurio.
De cara al debut contra Brasil el 8 de octubre, Sampaoli ya tendría al reemplazante de Aránguiz, quien se lesionó en un entrenamiento poco después de fichar con el Bayer Leverkusen alemán. Se trata de Felipe Gutiérrez, de FC Twente de Holanda, que marcó un doblete en el último amistoso contra Paraguay, siendo lo más rescatable de una pobre producción colectiva. Johnny Herrera, el portero de Universidad de Chile, atajó en ese partido y reemplazaría a Bravo.