El subdirector de la Oficina Nacional de Política contra las Drogas de la Casa Blanca (ONDCP), Michael Botticelli, sostuvo que los partidarios de la legalización de las drogas dibujan una imagen engañosa de sus beneficios económicos.
La marihuana representa considerables implicaciones de salud y seguridad para los usuarios, sus familias y sus comunidades, señaló Botticelli ante un panel del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental, cuyo presidente Darrell Issa es un abierto crítico de la Casa Blanca.
Cifras de la ONDCP muestran que 5.4 millones de personas en Estados Unidos consumieron diariamente la marihuana en los últimos 12 meses.
Aunque las tasas de uso de la marihuana son menores que su techo histórico de 1979, su consumo ha aumentado más de un punto porcentual en estadounidenses mayores de 12 años desde 2002.
La audiencia tuvo lugar luego de las declaraciones del presidente Barack Obama a la revista The New Yorker en el sentido de que la marihuana no es más peligrosa que el alcohol.
Obama, quien ha aceptado que consumió marihuana siendo menor de edad, reconoció que la droga era menos peligrosa que el alcohol en términos del impacto al consumidor individual.
En la audiencia, Botticelli reconoció que la marihuana es menos letal que el alcohol, pero sostuvo que eso no le quita su peligrosidad.
Las propuestas a favor de la legalización pintan con frecuencia una imagen engañosa, dijo en alusión a que los estados que la legalizaron con fines terapéuticos o recreativos defienden los ingresos fiscales derivados de su venta en el estado.
En el caso del alcohol, los impuestos federales ascendieron a 9.4 mil millones de dólares en 2009, pero su costo para la salud fue de 237 mil millones de dólares anuales, ejemplificó.
Botticelli refutó asimismo el argumento de los partidarios de la legalización en el sentido de desaparecerá el mercado negro gracias a que pondrá venderse de manera legal.
El mercado negro actual de marihuana seguramente no desaparecerá si la droga es legalizada y gravada, señaló en alusión a estudios que muestran que las ganancias potenciales seguirán siendo un incentivo para los productores ilegales.