En declaraciones en su oficina en el Pentágono poco antes de dejar el cargo, Carter dijo que prefiere buscar alternativas para acelerar la campaña contra el Estado Islámico, que los detractores del gobierno e incluso el presidente electo Donald Trump han calificado de lenta y excesivamente cautelosa.
Carter expuso las numerosas razones por las cuales prefiere el enfoque actual de dejar que las fuerzas locales iraquíes y sirias marquen el paso.
“Si nos hiciéramos cargo nosotros solos de la guerra en Irak y Siria, eso significaría en primer lugar, en el corto plazo, que estaríamos totalmente solos porque nadie más se ofrece a hacerlo”, dijo. “Podríamos superar esa etapa, pero en segundo lugar correríamos el riesgo de volcar a la gente actualmente dispuesta a resistir” al grupo o a unirse a la coalición, “a resistirse a unirse con nosotros, lo cual aumentaría la fuerza del enemigo”.
Hacerse cargo de la guerra equivaldría a “combatir bajo las condiciones del enemigo, el combate de infantería en poblaciones en un país extranjero”, dijo el funcionario. Las fuerzas estadounidenses son capaces de hacerlo, pero no potenciaría las ventajas principales de Estados Unidos, que son las operaciones especiales, la movilidad, el poderío aéreo y las tecnologías para obtener información ”destrezas que nadie más posee” para permitir que las fuerzas locales combatan y aseguren el desenlace, agregó.
De manera que si bien más rápido es mejor, “es importante hacerlo de manera tal de obtener una victoria perdurable”, añadió.
La entrevista con AP fue la última de Carter como secretario de Defensa. Se prevé que su sucesor designado, el general retirado James Mattis, tendrá sin dificultades la confirmación del Senado apenas Trump preste juramento el viernes. Carter cesará en sus funciones el viernes al mediodía.