Entre gritos e insultos y asediado por decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, Francesco Schettino declaró que con su presencia buscaba dar mi contribución técnica y la de mis consulentes a la magistratura. Estoy aquí para enfrentar un proceso y dar la cara, afirmó visiblemente alterado por la presión de la prensa.
El excapitán aseguró que dio indicaciones precisas que servirán para la pericia que deberá determinar las responsabilidades de lo ocurrido el 13 de enero de 2012. Esa noche, el Costa Concordia chocó con los escollos y naufragó por acercarse demasiado a la isla del Giglio para saludar a las personas que estaban en tierra. En el accidente murieron 33 personas, aunque el cuerpo de una de las víctimas no ha sido encontrado.
Durante su visita, algunos de los habitantes de la isla lo insultaron y hubo quien le deseó morir ahogado. No puedo hablar. Salí a bordo sólo para poder poner a disposición de los peritos mi experiencia como comandante de la nave, dijo.
Pidió esperar el fin del proceso antes de darle la culpa del accidente. Antes de decir que Schettino es culpable o responsable debemos esperar, afirmó.
Francesco Schettino subió a los restos de la nave (reflotada en septiembre pasado ) que serán retirados en los próximos meses. El excapitán es acusado de naufragio, homicidio culposo y abandono de la nave y podría ser condenado hasta 20 años de cárcel.