Canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II: Latinoamericanos madrugan para celebrar consagración

Miles de latinoamericanos celebraron el domingo en la madrugada la Canonización de  Juan XXIII y Juan Pablo II como nuevos santos de la Iglesia Católica y lo hicieron con vigilias, música y rezos con especial dedicación al pontífice polaco, el más querido en una región que contribuyó a su canonización: e segundo milagro que se le atribuye le ocurrió a una costarricense.

Quizás por eso, Costa Rica fue uno de los países que más gente reunió y tuvo que cambiar las iglesias o la catedral por el Estadio Nacional de San José para poder acoger a los cerca de 20.000 fieles que, procedentes de distintos puntos del país, quisieron seguir en vivo la ceremonia vaticana, que por la diferencia horaria en la región ocurrió de madrugada.

Entre ellos estaba el sacerdote Sergio Valverde, amigo y párroco de Floribeth Mora, la mujer diagnosticada con un aneurisma y que cuando vio una foto de Juan Pablo II el día en que fue beatificado, en e2000, dijo quedar milagrosamente curada. “Desde ese momento me comenzó una nueva vida”, aseguró Mora.

“Yo soy testigo -constató Valverde-. Esa mujer se estaba muriendo, ya no caminaba, ya no se movía. Los médicos le daban un mes de vida y ella con una estampita del papa decía que no iba morir, que el Papa la iba a sanar, y así fue”.

Cantos, bailes y oraciones llenaron el Estadio Nacional desde las 22:00 horas del sábado (0400 horas GMT), para esperar el inicio de la misa de canonización en el Vaticano, que fue proyectada en las pantallas gigantes cuatro horas después.

En las gradas, hombres y mujeres de todas las edades retaban el sueño y el frío de la madrugada, identificados con banderas, fotografías de Juan Pablo II y hasta con pequeñas figuras del nuevo santo que eran vendidas en las afueras por hasta 20 dólares.

“Es una alegría inmensa que Dios haya escogido a este país tan hermoso para llevar acabo un milagro es algo inexplicable, y hay que celebrarlo por lo más alto, por eso estamos aquí celebrando esto”, dijo el joven Carlos Cruz a The Associated Press.

La escena se repetía en varias catedrales del continente.

En Ciudad de México unos 1.500 fieles participaban en la que llamaron “Noche de la gratitud”, la vigilia en honor a los nuevos santos cuyo punto culminante llegó hacia las 03 de la madrugada del domingo (8:00GMT) cuando comenzó la retransmisión en vivo desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, a más de 10.000 kilómetros. México fue el primer país que visitó el conocido como ‘Papa viajero’ en 1979 y al que luego regresó en cuatro ocasiones.

Entre los fieles que esperaron de madrugada, se encontraba María Elena Alba, una mexicana de 76 años, que portaba una cajita de cartón con fotografías de Juan Pablo II y una ranura.

“Es para que todos metan sus peticiones y luego la dejaré en el altar y seguro las cumple porque el papa es muy milagroso, yo le vi cuatro veces y era como ver al mismo Dios. Además logró que el Señor me perdonara tras haber matado a mi hijo”, afirmó en referencia a un aborto que se provocó hace 47 años, según dijo.

Tras una permanencia durante toda la noche en la catedral, los fieles rezaron rosarios, cantaron y escucharon las biografías de los nuevos santos.

“Es una bendición poder estar aquí”, dijo Norma Gallardo. “Es muy importante ser testigos de cómo se canoniza a gente de nuestros tiempos como Juan Pablo II, y aún Juan XXIII que fue más bien de tiempos de nuestros abuelos, pero que fue el ‘Papa Bueno’, y el que generó que todos podamos participar de manera más abierta con la Iglesia”, añadió.

Las celebraciones continuarán en la Basílica de la patrona de América Latina, la Virgen de Guadalupe, este domingo, donde Juan Pablo II encabezó la ceremonia de canonización de Juan Diego en 2002, y donde se exhiben todavía algunas de sus reliquias, repartidas por diversos puntos del mundo.

“Los que venimos aquí es por fe, fervor a Jesucristo y pedirle a Juan Pablo II que interceda por nosotros. Aprendimos a orar con Juan Pablo II, él movió muchos corazones en el mundo”, dijo a Associated Press otra feligresa, María Ines Rivera.

Nadie quería hablar de las críticas que el pontífice polaco también ha suscitado en México donde organizaciones de católicos como el Observatorio Eclesial, que integra una decena de colectivos del país, se opusieron a su canonización.

Según explicó este grupo en un comunicado, lamentan que se haga santo a quien encubrió a personajes como el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, que cometió abusos sexuales a menores; atacó a la Teología de la Liberación y no denunció a las dictaduras militares en la región.

 

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