Petra Laszlo dijo en una misiva publicada en el diario Magyar Nemzet que “lamenta sinceramente lo que ocurrió”, pero también trató de defender su actitud.
La camarógrafa de 40 años fue despedida por el canal en internet derechista N1TV después de que las imágenes, en las que se la veía patear y zancadillear a varios migrantes el martes cerca del pueblo de Roszke, se hicieran virales en medios sociales. Se le vio extender la pierna para zancadillear a un hombre que llevaba en brazos a un niño. Los dos cayeron al suelo, el hombre encima del chico. También se le vio patear a un joven y a una chica cuando pasaban corriendo a su lado.
En su carta, Laszlo quiso describir sus patadas y zancadillas como una respuesta racional en una situación caótica. Estaba filmando a la gente que escapa de un campo en el que la policía obliga a los migrantes a abordar autobuses que los llevan a los centros de registro.
“Tuve miedo cuando avanzaron hacia mí y entonces algo se desató en mi interior”, escribió. “Con la cámara en las manos no podía ver quién corría hacia mí. Pensé que me atacaban y que debía defenderme. Es difícil tomar buenas decisiones cuando una cae en el pánico”.
Criticó a quienes la condenaron en las redes sociales y dijo haber recibido amenazas de muerte.
“No soy una camarógrafa cruel, racista, pateadora de niños. No merezco la cacería de brujas política que se ha lanzado en mi contra, ni merezco las amenazas abusivas que piden mi muerte. Soy una mujer que acaba de convertirse en madre sin trabajo”, escribió.
La policía interrogó el jueves a Laszlo por sospechas de alteración del orden, la dejó marchar sin cargos y señaló que la investigación seguía en marcha. Su exempleador, N1TV, transmite habitualmente notas en apoyo a Jobbik, un partido ultranacionalista que aboga por la deportación de todos los extranjeros.