JERUSALEN (AP) Después de tres días de choques entre musulmanes y fuerzas israelíes en un disputado lugar de culto en Jerusalén, la calma regresó al complejo situado sobre una colina.
Un fuerte despliegue de las fuerzas armadas israelíes controlaba la entrada al complejo junto a la mezquita Al-Aqsa, donde grupos musulmanes chocaron con fuerzas israelíes durante los últimos tres días coincidiendo con una festividad judía. La policía parecía esforzarse por no avivar las tensiones acercándose demasiado a la mezquita.
Quince visitantes religiosos judíos acudieron al lugar el miércoles por la mañana, acompañados por autoridades musulmanes que gestionan el complejo y un miembro del gobierno israelí. Judíos y musulmanes consideran el lugar sagrado, y es un foco frecuente de tensiones.
A los judíos se les permite visitar el complejo, al que ellos llaman Monte del Templo, pero tienen prohibido rezar en el lugar.