Calaveritas de azúcar, tradición que se niega a morir en Chiapas

Por Isaí Flores López

Tuxtla Gutiérrez, 1 Nov (Notimex).- Desde figuras muy pequeñas, hasta aquellas de un kilogramo, a la vez que calaveras, tambores, canastas, cajas como ataúdes, piñatas, trompos, sombreros, chocolates, cacerolas, escobas, calabaza, forman parte de la oferta de dulces a base de azúcar en mercados de la capital chiapaneca, que se ponen en los altares, con motivo del Día de Muertos.

Asimismo, se pueden encontrar payasos, casitas, nieves, camotes, cruces, charolas, brujas, platos con mole, pan con chocolate y monjes, entre otras, que se pueden usar para instalar el altar en honor a los muertos. Todas las figuras son dulces, resalta el sabor del edulcorante, el consumidor puede adquirir figuras con un costo que va desde cinco hasta 60 pesos.

La costumbre en Chiapas es que los altares en los hogares son adornados con las imágenes de los seres queridos que se han adelantado, se le agrega platos de tamales, licor, caña y dulces de calavera.

En los puestos lucen mesas elegantemente adornadas de color anaranjado y fondo negro picado en figuras geométricas, se trata de darle presentación y atractivo al local.

Ordenados, los locales esperan a la clientela una gama de dulces de calaveras, las hay de diversos tamaños, son imágenes azucaradas, preferentemente de color blanco, que se usan para adornar los altares.

Doña Adela Escobar Guzmán, propietaria del local 516 del mercado público municipal Gustavo Díaz Ordaz, también conocido como Juan Sabines Gutiérrez, tiene una tradición de 22 años en la venta de una gran variedad de dulces, con motivo del Día de Muertos y Fieles Difuntos.

Ella compra los dulces en la capital del país, en La Merced, con un promedio de 15 mil pesos para vender todo el mes de octubre y obtener una ganancia de entre 15 y 20 por ciento.

En entrevista esta ventera se dice afortunada porque sus antepasados también ocuparon el mismo local, refirió que durante el año vende frutas de la temporada que adquiere en la Central de Abastos, y solo en el mes de octubre es que cambia su giro, debido a que cambian también los productos que demandan los consumidores, lo mismo oferta dulces, que imágenes religiosas, disfraces y ropa para las imágenes.

Cuenta que posicionar el producto en el gusto de la gente no es fácil, pero al cliente se le vende al mayoreo o al menudeo, mientras que durante el año vende frutas, pero en octubre cambia el giro, debido a que en esta ciudad no hay personas que elaboren dulces para la conmemoración del Día de Muertos, tiene que adquirirlo en la capital del país.

Lamentablemente, a la crisis económica se ha sumado las altas temperaturas y eso causa menor demanda del producto, debido a que se trata de figuras elaboradas a base de azúcar.

La comerciante explicó que ofrece todo, es posible encontrar en el mismo puesto papel de china para el adornado del altar, para el Halloween, disfraces en los que resalta el rojo, también imágenes religiosas y vestidos para las mismas, incluyendo la réplica del vestido de chiapaneca, el atuendo de Juan Diego, de la Virgen María y San Judas Tadeo, entre otros.

Refirió que en los primeros 15 días de octubre, la venta ha estado muy baja, “confiamos en que aumente la demanda a partir del 16, además, creemos que por ser día de quincena puede reactivar un poco el comercio”.

“No creemos que debe haber pérdidas, aspiramos a vender todo lo que hemos comprado, al menos esperamos los últimos 10 días del mes buenos para la actividad comercial”, mencionó.

Si no fueran los 10 días, dijo, al menos los últimos dos o tres, próximos al 1 y 2 de noviembre cuando aumenta la búsqueda de adornos para los altares, debido a que en Chiapas se tiene por costumbre adornar sus altares en los hogares, donde se colocan fotografías, pero también dulces que recrean la fecha en que se vive.

También exhiben figuras de plástico que adquieren niños y jóvenes para salir esos días a las calles a pedir dulces a los hogares, tradición que perdura desde hace muchos años y la gente les comparte de aquellos productos que han colocado en su altar.

Al interior del centro de abasto se exhiben altares de muertos completamente adornados, comienza por la cubierta de papel de china de colores café, negro, naranja y morado, en la parte superior aparece la representación de un somé (una vara revestida con hojas verdes a la que se le colocan utensilios o juguetes que tras una procesión se coloca en los altares).

En los lados, el altar sostiene colgado recipientes de plástico de color naranja parecido a la calabaza, este cesto con capacidad de un kilogramo es utilizado por quienes acostumbran a salir los primeros días de noviembre a pedir dulces, salen con disfraces, y van en grupos de más de tres personas.

Otros locales ofertan solamente disfraces, los hay de lobos, diablos, brujas, máscaras de diversas gormas y tamaños, doña Adela Escobar afirma que la modernidad ha ocasionado un giro en la conmemoración de esta fecha, lo que antes era congregar a la familia en los panteones, acompañarse de marimba y mariachi, hoy todo es distinto.

En esta época la flor aumenta su precio drásticamente, son pocas las familias que van a florear las tumbas de sus seres queridos. Además, cada vez las incineraciones hacen que disminuya la afluencia de dolientes en los campos santos, por ello, prefieren levantar un altar, adornarlo con dulces de la época, entre los que sobresalen las calaveras, placas azucaradas con figuras de colores.

En las calles alrededor de los mercados públicos municipales ha comenzado también la venta de caña, de calabaza y chilacayote, que se utilizan para preparar dulces que se habrán de repartir en las noches durante los días de muertos, la caña se parte en trozos pequeños y se colocan adornadas en los altares.

Y como muchos de los que salen a pedir dulces a las casas son menores, y debido a que reciben de todo tipo de dulces, también se ofertan piñatitas, mismas que son adornadas con papeles de color café, negro y morado principalmente, algunas piezas son hechas representando calaveras y brujas, sobre todo.

“Eso sí, las ventas no están de lo mejor, en todos los giros hay lamentos por parte de los comerciantes, incluso, las aguas frescas como el pozol, tascalate, agua y horchata de coco, el pinol, agua de chía y jamaica, entre otras, tienen poca demanda”, acotó.

De acuerdo con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) el origen de las calaveritas refiere a las culturas mesoamericanas, ya que elementos de sus costumbres se unificaron con los de la cultura española para realizar un sincretismo religioso.

Para los antiguos mesoamericanos era sólo la conclusión de una etapa de vida que se extendía a otro nivel. En la práctica era común observar cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban el término de ese ciclo.

La coincidencia en fechas de la celebración de muertos de los antiguos pueblos mexicanos con el Día de los Fieles Difuntos de los españoles permitió estos cambios. Tal es el caso de las calaveritas de azúcar.

Estos dulces cráneos son producto de una técnica traída por los españoles: el alfeñique, especie de caramelo o confitura con base en azúcar pura de caña hasta formar una pasta moldeable.

La tradicional calaverita de azúcar se elabora con una mezcla de azúcar caliente con un poco de limón que se funde hasta formar una masa líquida, la cual se vacía en un molde para dar la forma de un cráneo.

Después, con azúcar glass coloreada se agregan los detalles de forma artesanal, anillos en los ojos, espirales en la parte superior del cráneo y una sonrisa.

NTX/IFL/RMM/LCH/MUERTOS15

24hazúcarcalaveritasChiapasmorirniegaquétradición