Voceros opositores confirmaron que el encuentro con los cancilleres se efectuará en la tarde del domingo en la sede de la Nunciatura Apostólica para exponerles los planteamientos que llevaron a la alianza opositora a suspender las conversaciones con el gobierno. Aún no ha sido confirmada la reunión con los representantes del oficialismo.
A principios de la semana, la Mesa de la Unidad Democrática, una coalición de partidos opositores al gobierno, decidió congelar el proceso de diálogo con el Ejecutivo que comenzó en abril en rechazo por las recientes acciones de las autoridades contra una marcha de universitarios y el desmontaje de cuatro campamentos opositores, que derivo en la detención de cientos de jóvenes.
El secretario ejecutivo adjunto del bloque opositor, Ramón José Medina, expresó que espera que con la ayuda de los cancilleres se reactive el diálogo y acto seguido se supere el estancamiento en la discusión de temas prioritarios.
“Esperamos que los testigos de buena fe hagan ver al gobierno que si en verdad tienen interés que el diálogo prospere, si en verdad quieren resolver en paz la grave situación del país, es necesario que tome decisiones, como necesario es que cese la agresión desmedida e injustificable contra las manifestantes”, dijo Medina a la AP.
Los cancilleres María Angela Holguín de Colombia, Luiz Alberto Figueiredo de Brasil, Ricardo Patiño de Ecuador y el nuncio apostólico en Venezuela, monseñor Aldo Giordano, están actuando como facilitadores del proceso de diálogo.
La suspensión no representa el fin del diálogo, pero sí constituye una acción de presión del bloque opositor, que ha sido duramente cuestionado por algunos de sus aliados que exigen acelerar la definición de acuerdos y que reclaman posturas más duras contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro ante a la represión de las protestas callejeras.
El proceso de diálogo es una iniciativa impulsada por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para ayudar a solventar la crisis que enfrenta Venezuela, que se ha visto sacudida desde febrero por protestas que han dejado 42 muertos, 835 heridos y más de 2.600 detenidos, de los cuales 252 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales, según la Fiscalía General.
El presidente Maduro ha exhortado a sus opositores a mantener el diálogo e ignorar las presiones, que según él, ejercen “sectores extremistas” que desde Estados Unidos estarían buscando terminar con las conversaciones y derrocarlo, según ha señalado. Maduro ha acusado repetidamente a los manifestantes de intentar un golpe de estado contra su gobierno socialista.