Exigiendo la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, miles de personas salieron a protestar a las calles de varias ciudades de Brasil el domingo.
Algunos de los manifestantes llegaron a la protesta en Río de Janeiro con camisetas brasileñas amarillas, así como mantas y pancartas en las que pedían un golpe militar para sacar del poder a Rousseff y al gobernante Partido de los Trabajadores, su gabinete y aliados en el Congreso.
Algunos manifestantes portaban banderas de Brasil y gritaban consignas como “¡Fuera Dilma!” mientras otros cargaban cartulinas con mensajes acusando a Rousseff y a su antecesor, Luiz Inacio Lula da Silva, de corruptos.
Las protestas fueron pacíficas y se presentaron en más de 50 ciudades del país. La mayor concentración se produjo en Sao Paulo, un bastión de la oposición, pero también en Brasilia, la capital, y en otra ciudad conservadora, Belo Horizonte. Según estimaciones de la policía, más de 300.000 personas salieron a las calles el domingo con reclamos contra la presidenta, principalmente por las denuncias de corrupción que se han agravado en las últimas semanas.
Aunque la mayoría de los que se congregaron exigieron castigos a políticos corruptos, muchos también exigieron cambios para mejorar la economía del país, ya que ésta podría encogerse este año con tasas de inflación incrementando y una de las cargas tributarias más altas del mundo.